Con un licor tan fuerte, nadie podía mantenerse sobrio. Una vez que lo bebiera, él tendría el control total.
—¡Bébelo! —insistió Bruno mientras la observaba vacilar.
Bianca apretó los dientes y levantó la botella hacia sus labios.
Pero justo antes de tomar el primer sorbo, su teléfono sonó.
Sacó el móvil del bolsillo y vio el nombre de Dave en la pantalla. ¿Qué quería a esa hora?
Sus ojos se movieron entre Bruno y la botella. Beber podía traerle problemas muy graves.
Pero tal vez Dave podía ayudarla.
Miró su nombre, considerando su siguiente movimiento.
—Señor Aston, disculpe. Tengo que tomar esta llamada —dijo, poniéndose de pie y respondiendo antes de que Bruno pudiera detenerla.
Antes de que lograra decir una palabra, una mano fuerte la agarró del brazo y la jaló con violencia.
Bruno le arrebató el teléfono y lo arrojó al suelo.
—¿Contestar ahora? ¿Estás intentando escapar? —rugió con los ojos encendidos por la ira.
Antes de que Bianca pudiera reaccionar, la empujó contra el s