Punto de vista de Selina
Me giré hacia el fondo de la sala, de donde provenía la voz, y me sorprendí al ver a Lucious. Debería haber sabido que vendría, después de todo lo que quería y valoraba a su sobrino, igual que a sus hijos, pero aun así fue una sorpresa.
Caminó hacia el frente, su mirada se posó fugazmente en Adrian antes de detenerse en mí. Su rostro era frío, sin rastro de heroísmo ni de que me estuviera haciendo un favor. Parecía que lo había planeado desde el principio.
La jueza me miró entonces. —¿Señora Moretti? —preguntó.
Salí de mis pensamientos de golpe y volví a prestar atención al resto de la sala. Sonreí y asentí. —Sí, señoría, es mi nuevo testigo —respondí, aunque no lo sabía hasta hacía un par de minutos.
Mi mirada se dirigió a Adrian, quien parecía respirar por fin; el rubor había desaparecido de su rostro y sus ojos volvían a brillar con intensidad, esta vez no por miedo, sino por valentía. La expresión de Isabel era ridícula; estaba pálida como un papel, no es