Tyler no creía poder arruinarla como ella lo había hecho con él, pero sí podía arruinar esto. Porque encajaban a la perfección, y este beso ya era mejor que noches enteras que había pasado con otras mujeres, de las cuales no recordaba con claridad. No cuando estaba Lexi. Y había hecho todo lo posible durante todos estos años para seguir adelante sin ella, pero ahora no tenía por qué hacerlo. No ahora. No esta noche. No mientras ella permaneciera allí en Olkfield, escondiéndose de su verdadera vida.
Podía arruinarla así. Podía enseñarle lo que era correcto, y la verdad era que sentía como si hubiera estado practicando toda su vida para esta oportunidad. Para adorar a esta mujer en todos los sentidos posibles, para desarmarla por completo tantas veces como fuera posible, y dejar que pasara el resto de su vida fantaseando con esto. Igual que él lo haría. Se separó de nuevo y le gustó cuando ella dejó escapar un gemido de protesta.
—Vamos —dijo—. Voy a darte de comer.
Sus ojos estaban al