“La estabilidad no es lo mismo que el amor”, la interrumpió Tyler. Debería saberlo. Era un reto permanecer relajado en su silla, pero lo hizo. “Y creo que descubrirás que la amistad, por intensa que sea, no sustituye a la pasión”.
Curiosamente, ese rubor pareció intensificarse. Ella se entretuvo con su taza de té, luciendo de nuevo… nerviosa.
“Tú serías la experta en eso”, dijo en voz baja. Pero claramente.
Tyler no había tocado su té. Pensó con añoranza en la botella de whisky que llevaba dentro, añejada a la perfección, pero sabía que nada atenuaba el efecto Lexi. Nada lo había hecho nunca, nada lo haría jamás.
“Ya me conoces”. Forzó la sonrisa fácil que haría que la mayoría de quienes lo conocían se quedaran atónitos. Porque Tyler Connelly era nervioso, no fácil. Pero Lexi no conocía a ese Tyler. “Siempre que se vayan felices”.
“Parecía muy feliz”. Lexi asintió vagamente en dirección a la calle. "La de abajo".
"Misión cumplida, entonces".
"¿A qué te dedicas exactamente?", preguntó,