Mark se inclinó hacia adelante y apoyó los codos en las rodillas. —Mire, Sra. García…
—Por favor. Llámeme Lucía.
—Lucía. Tiene que entender que dirijo una empresa con veinticuatro empleados. Nuestro producto se ha materializado sin problemas porque somos un equipo muy unido. Nuestra cultura empresarial es sumamente importante. Me preocupa que un gigante como BenTel nos engulla por completo o nos desmantele hasta que no quede nada.
—Le aseguro que no tenemos ningún interés en desmantelar su empresa. La dinámica de su equipo es crucial para su éxito. La mantendremos intacta.
—¿Cómo puede hacer promesas así? ¿Acaso su hermano no es el director ejecutivo? He oído que puede ser despiadado.
Javier la miró de reojo, como para recordarle que la reputación de Alejandro era mérito suyo, no de Javier, y no le faltaba razón. A Alejandro le gustaba saber que algunos le temían.
—En realidad, la visión empresarial de Alejandro coincide mucho con la tuya. Ha fundado dos empresas sumamente exitosas e