CAPÍTULO 45. Esta guerra empieza hoy
Victoria suspiró despacio mientras trataba de abrir los ojos, pero no podía. Le dolían hasta las buenas intenciones, apenas sentía las piernas y sentía que le había pasado un camión por encima… un camión lindo y sexi llamado Franco Garibaldi.
Sonrió mientras se estiraba y sintió un beso suave sobre sus labios.
—¿Soñando, recordando o deseando? —escuchó aquella voz sensual y abrió los ojos para ver a su italiano muy vestido.
—¿Saliste? —le preguntó sorprendida, y Franco levantó la bolsita que llevaba en la mano para mostrársela.
Victoria le hizo espacio en su lado de la cama y él se sentó.
—Para empezar necesitabas esto —dijo entregándole una pequeña caja con una píldora del día después—. Y luego creí que debíamos decidir esto entre los dos.
Sacudió la bolsa y de ella cayeron diez cajas de condones y una de parches anticonceptivos y Victoria estalló en carcajadas.
—Voy a adivinar esa indirecta —sonrió ella tirando de su playera para besarlo—. Me lo vas a hacer tanto, tan duro y tan bie