Álvaro miró a Jórdan, y este apretó tan fuerte la mano de Julianne al escuchar la sentencia.
— Era de esperarse, por qué si exponemos la verdad, las niñas...
— Lo sé amor, lo sé, y acepto esto a que ellas sepan esa verdad
— ¡Un momento señor juez! — Habló Ginevra en voz alta.
Todos miraron en su dirección y Jordan sintió un vuelco en su corazón.
— Eso es injusto, mi hermana y yo tenemos derecho de opinar, ya somos grandes y dentro de dos años seremos mayores de edad, esa sentencia está con muchas faltas de verdades. Aquí todos ustedes juzgan por encima del hombro, pero somos, Giorgia, yo y mi padre Jórdan, si, Jórdan, ese es mi padre y yo, los que vemos desde el fondo del corazón, ¿quieren saber la verdad? ¿Quieren saber por qué mi madre se fue sin decirle a este señor Sánchez que nos esperaba? Fácil, cuando ella le fue a decir que estaba esperando un hijo de él, él, simplemente se sacudió las manos diciendo, YO TE DIJE QUE NO TE ENAMORES DE MI, señor juez, ¿usted cree justo