Meryem se encontraba en mi casa, últimamente me visitaba mucho, contándome las últimas novedades entre Paul y ella.
Al parecer la nueva salida de compañeros había sido todo un éxito.
Me contó que se habían pasado la noche hablando, que tenían muchas cosas en común, y que luego continuaron hablando fuera pues había demasiado ruido dentro, y terminaron en un puesto de perritos calientes a las siete de la mañana.
No parecía haber pasado nada sexual entre ellos, pero parecía que se gustaban de una forma mucho más espiritual.