Me levanté con desgana, y caminé hacia la parte de arriba de la casa, pues necesitaba ponerme la ropa y alejarme de aquellos degenerados.
Reí ante sus palabras, mientras llegábamos a la puerta de mi habitación.
Meryem entró en su habitación, y comenzó a desnudarse, pues necesitaba darse una ducha caliente, había pasado mucho frío ahí abajo, y necesitaba entrar en calor. Aún podía imaginar las manos de Paul acariciando sus pechos cuando David le había obliga