Habían pasado dos días desde aquello, y aún estaba destrozada, pero mi día libre había terminado, así que debía ponerme manos a la obra, pues aquel día tenía un operativo que montar junto a Kevin y Jonas en Central Park.
Odiaba trabajar con él, y más después de todo lo que había pasado entre nosotros.
Pero al llegar allí me quedé de piedra, pues no sólo estábamos nosotros, tres, si no que también se encontraba nuestro jefe, Olivares, que en aquel momento hablaba o más bien discutía con Kevin a unos metros de Jonas y de mí.