CAPÍTULO 26.
—¿Kali? ¿Te lastimaste? —preguntó Elliot inclinándose sobre ella.
—No… Me retuerzo porque estoy ensayando el baile del gusano. ¡¿Tú qué crees?! —respondió ella haciendo un esfuerzo por levantarse y Elliot la ayudó.
—¿Lo siento? —dijo él y Kali se apoyó en la pared y lo miró a los ojos en la semipenumbra.
—¿Lo estás preguntando? —Se sorprendió—. Elliot ¿estás borracho?
—¡Claro que no! ¡Solo estoy chispitas! —gruñó él y se cruzó de brazos, enfurruñado como un niño, pero si algo era capaz de identificar perfectamente ella, era cuando Elliot se pasaba de tragos—. ¿Dónde te pegaste?
Kali levantó una ceja y negó con un suspiro