C77-GEMELOS.
C77-GEMELOS.
Los días se habían convertido en semanas, y Elizabeth había aprendido más de lo que jamás imaginó. Draxel era exigente, paciente cuando quería y despiadado cuando lo consideraba necesario. Había noches en las que caía rendida, con el cuerpo adolorido, pero al mismo tiempo con el pecho inflado de orgullo. Ahora entendía lo que significaba ser una loba roja: fuerza, velocidad y un poder que la distinguía de todos los demás. Podía incluso imaginarse corriendo libre por un bosque, con su pelaje rojizo brillando bajo la luna.
—Ey… ¿me estás escuchando? —la voz de Draxel interrumpió su ensueño.
Elizabeth parpadeó y lo miró, desconcertada.
—¿Eh? ¿Dijiste algo?
Draxel soltó una risa burlona y negó con la cabeza.
—Lo sabía, estabas soñando despierta. A ver… ¿en qué pensabas?
—Bueno… yo…
—No, espera —la interrumpió alzando una mano—. No lo digas. Sé perfectamente en qué estabas pensando. En lo guapo y fuerte que he estado estos últimos días. Lo noté, ¿sabes? Vi cómo tus ojitos bril