C54-SER DIGNA DE SU ALFA.

Gideon apoyó las manos en el escritorio con la mandíbula tan tensa que apenas podía respirar. El fuego de la chimenea iluminaba las paredes, pero a él le ardía algo más profundo: la impotencia de haberse visto obligado a mantener a Narissa como su Luna.

Desde el otro lado, Zander lo observaba con los brazos cruzados y esa calma fingida que siempre usaba cuando sabía que su hermano estaba a punto de estallar.

—Hermano, fue la mejor decisión que podías tomar. —dijo sin rastro de burla—. Si hubieras roto el vínculo, habríamos declarado la guerra. Y no puedes permitirte eso ahora.

Gideon alzó la vista, pero sus ojos eran brasas encendidas.

—¿Mejor decisión? ¿Llamas mejor decisión ver a esa arpía sentada en el trono de Luna mientras Elizabeth... —se interrumpió, lleno de impotencia—. La diosa no puede ser tan cruel, Zander. No puede darme la felicidad solo para arrebatármela en un segundo.

Su hermano suspiró, se pasó la mano por la cara y habló con dureza.

—No se