C12-NO VUELVAS A TOCAR A LA NIÑA.
C12-NO VUELVAS A TOCAR A LA NIÑA.
Narissa despidió al carabina.
—Puedes irte. No necesito testigos para aplastar a una sirvienta.
El carabina dudó por un instante, mirando a su señora con un dejo de inquietud.
—Señora, ¿está segura?
—¿Me ves temblando? Lárgate.
La chica, después de una breve vacilación, bajó la mirada y se dio media vuelta, abandonando la terraza sin hacer ruido, y entonces solo quedaron ellas dos. Elizabeth no esperó ni un segundo más; la encaró sin ningún temor.
—¿Por qué le dijiste eso a mi hermana? ¿Quién te crees? —su voz era un grito reprimido, y la rabia casi podía escucharse en cada palabra.
Narissa soltó una carcajada.
—¿Qué parte? —preguntó, riendo sin ninguna piedad—. ¿La de que va a seguir tus pasos? ¿O la de que tú no eres más que una prostituta?
Elizabeth temblaba de rabia.
—¡No tienes derecho! ¡Ella es una niña! ¡No te metas con ella... o de lo contrario...
Narissa, imperturbable, se levantó lentamente de su asiento y dio un paso hacia Elizabeth.
—¿Qu