Me desperté por los brincos de Momo en la cama y los ladridos de Wilches, miré a Momo que se veía feliz. Hoy era sábado y los sábados eran de ir al parque.
— buenos días mi amor — la salud.
Momo se tiro sobre mí y me dio un beso en la mejilla.
— ¿mami podemos ir al castillo? — me pregunto.
Yo negué con la cabeza. Con lo que había pasado ese día era más que suficiente.
— mejor vamos al parque, ¿no quieres helado? — le pregunte.
Ella negó con la cabeza de inmediato.
— quiero ir al castillo, Wilches también quiere ir — me pidió en tono lastimero.
Momo y Wilches en un lugar tan grande sería una pesadilla.
— el castillo esta cerrado — le mentí.
Ella puso mala cara de inmediato. Yo me reí un poco, ella ponía la misma expresión de Domenic cuando no conseguía lo que quería, era su hija después de todo.
— ¿y si llamamos al señor Domenic? — me pregunto.
Yo sonreí de inmediato. Eso no era una mala idea.
Aparte a Momo y me levante de la cama, busque el celular y le marque a Domenic.
— Hola herm