Lo había estropeado toco con él, eso de ser sincera, de hablar de sentimientos, de descargar toda esa frustración, ese dolor que aún sentía dentro con él, lo estaba llevando todo a la m****a. Tenía que dejar de hacer eso de una vez, de pagar todo con él.
Ninguno de los dos volvió a decir nada en todo el trayecto. Se quedó pensativo en todo lo que dije, sólo esperaba que no pensase demasiado en ello.
El auto se detuvo frente a una bonita casa, en Gracia. Los dos nos bajamos, sin decir nada.
Me sorprendió darme cuenta de que la casa