Fermín se mantuvo a un lado, observando detenidamente el enfrentamiento entre los dos.
Estrella le echó una mirada.
Fermín tenía una figura bastante varonil, aparentemente muy guapo y con un carisma extraordinario.
Sin embargo, entre líneas, irradiaba un aura distante y difícil de acercársele.
Una fuerte sensación de arrogancia lo envolvía sin cesar a cada momento.
Fermín vio a Claus y Estrella acercándose.
Su mirada se detuvo en Estrella y luego alzó despectivamente la barbilla, mostrando un evidente desdén.
No ocultó su altivez y orgullo.
Fermín simplemente le echó un vistazo a Claus y luego preguntó: —Claus, ¿quién es esta persona?
Claus respondió sin dudar: —¡Ella es mi prometida, Estrella!
Estrella también era educada y le dijo a Fermín: —Tío, hola.
Fermín solo gruñó despectivamente, mirándola de reojo sin decir una palabra.
Luego se volvió hacia un lado y murmuró para sí mismo: —Es sorprendente cómo las circunstancias pueden cambiarlo todo. No esperaba que estos dos a