Nathan
Mi corazón latía tan duro que pensé que iba a estallar. Había esperado tanto por un momento así, por tenerla frente a mí y que me viera, que me reconociera y supiera que existía.
—¿Estás bien? —pregunté apreciativo cuando noté que tenía los ojos llorosos y la nariz enrojecida.
¿Qué la hizo llorar?, ¿por qué corría?
Sin pronunciar una palabra, retrocedió rápido y se tropezó con sus pies, perdiendo el equilibrio.
Mi reacción fue automática. Alargué la mano y envolví su delicada muñeca con mis dedos, haciendo contacto con su piel por primera vez. Sentí que morí y que volví a la vida, todo a la vez. Jamás sentí nada igual cuando toqué a una mujer, y había estado con muchas... Aquello no era más que un pequeño gesto, sutil, casto, pero contundente. Probaba que mis sentimientos por ella eran reales y no un delirio fabricado por mi mente.
Susurré su nombre con voz ronca, cargada de emoción y esperanza.
Evelyn arrancó su mano de la mía y huyó despavorida.
Fui tras ella odi