Salgo de una junta con socios bastante agotadora y me voy directo a oficina, suspiro y solo pido que se termine este día, para ir con mi esposa y cuidarla en los últimos días que quedan para dar a luz a nuestro pequeño Agustín.
Llamo a Elia, la asistente que la reemplazará y que la misma Emily eligió para la tarea. Ella entra con su sonrisa cordial, con su libreta entre manos.
-Señor Cavalcanti.
-Elia, cancele todas las reuniones que me queden hoy, ya no aguanto más.
-Ya no queda ninguna, señor.
-Perfecto, entonces me voy – me pongo de pie y tomo mi chaqueta -. Desde este momento mi hermana queda a cargo de todo, nos vemos en tres semanas.
-Que tenga un buen descanso señor y suerte.
-Gracias.
Salgo de la oficina con la chaqueta sobre mi hombro, veo que las puertas del ascensor se abren y aparece ella, la luz de mis tormentos. La misma que me envi