Estamos en la sala de reuniones al costado de mi oficina Pía, Emily y yo, ordenando algunos documentos, mientras yo disfruto de la conversación de mis mujeres.
-Creo que el último mes lo dedicaré a dormir – dice Pía -. Porque serán dos príncipes que me despertarán sin consideraciones.
-Yo ya me hice la idea de que al nacer nuestro hijo, además de amamantar, haré mil ejercicios. Voy a terminar como vaca y tu hermano no me detiene al comer.
-Pero mi vida, si te digo que no, te molestas conmigo – le digo afligido -.
-¿Me prefieres gorda o enojada?
-Yo…
Pero un ruido en mi oficina nos silencia, la puerta había quedado cerrada y nadie debería entrar. Me pongo de pie, Pía me sigue.
-Aprovecho de ir al baño, estos niños presionan mucho la vejiga.
Salimos de la sala a la oficina riendo, dejo que Pía