Capítulo 39

3 años después

El café me quemó la garganta al tragarlo. No hay mejor forma de afrontar el frío del invierno que tomando cosas calientes. Pero ¿qué hago yo con el frío de mi alma? ¿Cómo enfrento yo este destino tan helado?

Los ventanales de mi casa dan a una zona muy transitada , de hecho lo quise así cuando la compramos.Fue un regalo de mis padres junto con mis todavía suegros. Cuando miro atrás veo mi vida como en una película. Hasta ahora han pasado tantas cosas , que podría escribir un libro y no todo sería de lo más feliz. Mi luna de miel, una de las temporadas que más he disfrutado, fue el principio de un capítulo bien largo dónde los participantes actúan con miedo y felicidad al mismo tiempo;miedo por el desastre que se puede desatar si algunos secretos salen a la luz y felicidad por la esperanza de que, a pesar de todo, las cosas van a tener un buen augurio.

"Fue bonito mientras duró"

FLASHBACK

-Quiero tenerte así en mis brazos por el resto de nuestras vidas. Eres lo más hermoso que me ha dado el destino, Isabel.

Felipe me besaba con ansia después de entrar en la habitación del hotel conmigo en brazos. No me bajó por largos minutos. Bailó conmigo abrazada a el ,mientras me desnudaba tirando con los dientes de mi vestido, luego de las medias y cuando quedé en ropa interior se apartó muy despacio de mi. Empezó a quitar su ropa mientras bailaba de manera sensual ; una música de fondo, que hasta ese momento ni me había dado cuenta que sonaba, nos acompañó en toda la noche. Felipe me hizo el amor toda la noche. Primero besó mis labios con una pasión jamas vista en el, luego descendió y a mi cuello y luego poco a poco besando cada centímetro de mi piel, llegó a mis pechos. Lamió y chupó cada parte de ellos y hasta que mis pezones se endurecieron. Me sentía a morir de placer y ese era solamente el principio, lo que estaba por venir era todo un deleite en compañía del hombre de mi vida. Todo mi cuerpo vibró cuando sentí su respiración en mi clitoris. Simplemente la zona más delicada de mi cuerpo reconoció a su dueño y yo aceptaba su presencia sin poner ninguna pega. Si mi ya marido tenía algo que me enamoraba era subirme al cielo y bajarme al infierno al mismo tiempo. También es verdad que aunque fue mi primer hombre y el único hasta ahora, pero habría que reconocer que encajábamos de maravilla; algo que era muy difícil de encontrar y que no todas las parejas tenían. Mi primer orgasmo no se dejó esperar demasiado; me sentía ansiosa de hacer el amor con mi marido,tanto que en cuestión de segundos mis gemidos llenaron la habitación. El rió satisfecho por su obra maestra, aunque no era la primera.

- No te dejaré dormir en toda la noche---habló con voz amenazante mientras subía besando despacio mi piel hasta llegar a besar mis labios. Me dejé llevar por la pasión que se apoderó de todo mi ser mientras Felipe mordía mi boca y besaba toda mi cara.---¡Eres mía! ¡Di que eres mía ahora y siempre!

Creo que mi silencio le molestó por la forma en la que me penetró. Sus embestidas se hicieron cada vez más fuertes y yo gritaba como loca de placer. Su ser me inundó y yo estaba a su merced.

-¡DÍLO! gritó con voz ronca y yo reí satisfecha por llevarlo al límite, uno de tantos. Me encantaba provocarlo y estuve a punto de contestarle pero sentí como el segundo orgasmo se apoderaba de mí cuerpo y en vez de palabras, fueron gemidos y gritos de placer los que salieron de mi garganta. Bajó mis piernas de sus caderas y me dio la vuelta hecho una furia. Su mirada hambrienta me daba escalofríos, pero la felicidad de saber que estaba así por mi, me animaba a dejarle seguir. Me penetró sin darme derecho a recuperar mi aliento y mi garganta ,ya raspada de tanto grito loco, emitió un sonido nada familiar. Felipe soltó una risita corta y cansada.

- Te he ordenado algo--- me golpeó la nalga derecha tan fuerte y mordí mi labio por no sacar otro sonido raro. Al mismo tiempo me cogió del cuello por la nuca e hizo fuerza en ello sin dañarme.

- Házme tuya amor--- dije en burla sonriendo con la cara en la almohada.

- Ya lo hago--- sus gemidos cubrían bien el timbre de su voz--- pero otra cosa te pedí.---Seguía embistiéndome como un loco, estaba fuera de si.

- Di que eres mia--- hablaba entrecortado---si no te castigaré Isabel...oh Isabel ...

Sus gemidos avisaban la llegada de su orgasmo por fin y me dejé llevar para acabar al mismo tiempo.

-¡Soy tuya!--- grité todo lo que pude. Me sentía cansada , estaba muy cansada de hecho.

Con un gruñido gutural mi marido culminó y se dejó caer a mi lado en la cama, después de besar mi espalda insintiendo unos cuantos segundos en cada beso. Su aliento caliente me volvía loca, me acorralada el deseo de ser la única mujer que lo hacía sentirse así. Me abrazó y besó mi cara y mi piel todo lo que pudo y le dio tiempo antes de quedarse dormido. Sus juramentos de amor , promesas de que pase lo que pase siempre seré suya y el será mío,no se hicieron esperar en toda la luna de miel. Y ¿qué decir de todos los momentos locos que tuvimos? ¿Y de todas las veces que me hizo suya en todas partes y todas las maneras posibles y aceptables? Eramos felices porque nos pertenecíamos uno al otro ,muchas veces sin articular palabra . Las miradas se apoderaban de nosotros y el mundo entero estaba a nuestros pies. No pensé ni por un instante que mi vida cambiaría tan drásticamente en tan poco tiempo.

En todo el mes de vacaciones que pasamos como luna de miel disfrutamos uno del otro como si cada momento era el último. En aquel entonces no me hacía sentido alguno. Dejamos los teléfonos de lado y creo que en algún momento se quedaron sin batería, porque nuestros pensamientos y deseos se hacían realidad abrazándonos y amándonos en cada momento y lugar, el mar, la arena de la playa, el sol y la luna...todos ellos fuero testigos de nuestro desastre amoroso. Aprovechamos como nunca,como nadie.

Volvimos a la ciudad más enamorados que antes de casarnos y ya planeábamos la familia que vamos a tener y el hogar que vamos a construir. Había ojos que nos miraban con envidia y otros que se alegraban por nuestra felicidad. Daniela y David estaban de lo más felices celebrando con nosotros, porque al volver de la luna de miel, nos fuimos en familia a la montaña, en una cabaña que tenían mis suegros. En algún momento Dani y David llegaron también y compartimos momentos inolvidables, momentos que recordaremos por siempre.

FIN DEL FLASHBACK

No pasa ningún día sin que mire atrás y estudiar el comportamiento que tenía mi marido y como eso cambió bajó nuestras narices. Me encantaría saber que fue de aquello, que hay de el y que va a haber de mí.

Los grandes ventanales de mi casa me ofrecen una vista impresionante hacia el horizonte, puede que su claridad sea la única forma de aclarar mis pensamientos.

*** Querid@s lector@s, pido perdón por tardar en actualizar. Espero que os guste mi libro, seguiré actualizando. ***

🤗🤗🤗 Un abrazo a tod@s. 🤗🤗🤗

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