Erwan, un poderoso mafioso estadounidense, está a punto de casarse con la nieta de un influyente capo ruso. Sin embargo, el destino le juega una mala pasada cuando conoce a Victoria, una enigmática bailarina de ballet, dos semanas antes de la boda. Entre la pasión y el peligro, Erwan y Victoria se sumergen en un romance fugaz, pero ignoran que sus corazones están unidos por un lazo familiar inesperado: Victoria es la hermana de la futura esposa de Erwan. Al descubrir la verdad, Erwan se ve atrapado en una red de secretos y lealtades fracturadas. Debe proteger a la mujer que ama mientras lucha contra las consecuencias de sus actos. Sumérgete en una historia llena de suspenso, pasión y secretos que te mantendrá en vilo hasta la última página.
Ler maisVictoria se precipitó en el interior del coche de Pavel con el corazón palpitando a mil por hora y la respiración entrecortada. La adrenalina de la carrera contrarreloj que acababa de librar en el aeropuerto aún recorría sus venas.
—¿Trajiste mi vestido? —preguntó con voz agitada, mientras intentaba recuperar el aliento.—Está en el asiento de atrás —respondió Pavel con tranquilidad, contagiando a Victoria de esa calma que tanto necesitaba.—Arranca, ¡llegamos tarde! —exigió ella.Sin perder tiempo, Pavel puso en marcha el motor y aceleró por las calles de San Petersburgo. Victoria, por su parte, se deslizó hacia el asiento trasero a través del hueco entre los asientos delanteros.—No se te ocurra mirar a través del retrovisor —advirtió con seriedad, ocultando su rostro entre las manos algo avergonzada.Pavel, divertido por la situación, no pudo evitar sonreír con picardía. Sin embargo, con un sutil gesto, movió el retrovisor central a un lado para que ella estuviera tranquila.—¿Por qué cambiaste tu vuelo? Deberías haber llegado hace tres días —la riñó Pavel sin dejar de conducir.—Conocí al amor de mi vida, no puedes imaginarte la historia de amor que acabo de vivir —Victoria se tomó un momento para suspirar— Pero por desgracia, no volveré a verlo, ese fue el trato.—Vicky, ¿cuánto has estado en Nueva York? ¿Dos semanas? No puedes conocer al hombre de tu vida en dos semanas y menos si tenéis un trato como ese —replicó Pavel divertido con lo que su amiga acababa de contarle.La chica fulminó con la mirada la nuca de su amigo, pero negó con la cabeza. No valía la pena discutir sobre eso. Con un pequeño espejo de bolsillo, terminó de maquillarse y se arregló el cabello.—Espero que esto sea suficiente para estar presentable —dijo algo insegura justo cuando él chico aparcaba el coche a unos metros de la iglesia.Pavel salió del vehículo y, con un gesto galante, abrió la puerta del asiento trasero para ayudar a su amiga a salir. Al verla, no pudo evitar quedar impresionado. A pesar de haber tenido apenas diez minutos para arreglarse, Victoria lucía radiante.Un vestido rojo de infarto, que se ceñía a sus curvas como una segunda piel, resaltaba su figura esbelta. Su cabello platinado, recogido en un improvisado pero elegante moño, enmarcaba un rostro de facciones delicadas y unos labios rojos que completaban a la perfección el conjunto. Su piel pálida, que contrastaba con el intenso color del vestido, parecía brillar con luz propia.—Creo que estarías preciosa incluso con un saco encima —aseguró Pavel, cautivado por la belleza de su amiga—. ¿Estás segura de que solo quieres que me haga pasar por tu novio y no quieres que lo sea de verdad? —bromeó con un guiñandole el ojo con picardía, dejando entrever una pizca de deseo en su mirada.—Por ahora me basta con la farsa, Pavel —respondió con un tono juguetón—. Pero nunca se sabe lo que depara el futuro, ¿verdad?Victoria sabía que llegaban tarde a la boda de Tatiana, su media hermana, la hija perfecta y legítima de su padre. No podía olvidar ese detalle, ni la forma en que ella y su estirada madre no dejaban de recordárselo cada vez que podían."Bastarda huérfanita" la llamaban siempre que su abuelo Mikhail no miraba.Si no fuera por la insistencia de su abuelo, jamás acudiría a esa boda. Él era su único apoyo, quien se había hecho cargo de ella desde la muerte de su padre. A pesar de ser la hija ilegítima de su difunto hijo, su abuelo la acogió y le dio el apellido Volkov que le correspondía. Y el cual su madrastra, por llamar de algún modo a Alexa, le negó llevar.— Tal vez sea mejor que esperemos al final de la celebración — dijo Victoria al ver que las puertas de la iglesia ya estaban cerradas — a esas dos brujas no les gustará que las interrumpa.Pero Pavel negó, la tomó de la mano y tiró de ella entrando juntos justo en el instante en que él cura decía las dichosas palabras."si hay alguien que se oponga a esta unión…El tintineo de sus tacones en medio del silencio de la iglesia hizo que todos los asistentes a la ceremonia se giraran de golpe sorprendidos por la interrupción justo en ese instante.El cura pareció incluso emocionado, toda su vida deseando en secreto que alguien interrumpiera justo en ese trozo y por fin ocurría.Los colores se subieron a sus mejillas a causa de la vergüenza y se quedó completamente parada sin saber qué hacer, avergonzada y bloqueada a causa de la mirada asesina de su hermana, por suerte su amigo tiró de ella para sentarse juntos en uno de los bancos del final.— Sigan. Sigan, nosotros solo llegamos tarde, no pretendíamos interrumpir.— se disculpó Pavel y el cura intentando ocultar su decepción siguió con la ceremonia.— Llegas tarde e interrumpiste la boda de tu hermana....— susurró Sergey, el hombre de confianza de su abuelo, quien rápidamente había caminado entre los bancos hasta sentarse en el que estaba tras ella, no era que la situación no le pareciera graciosa, pero quedar en evidencia delante de tanta gente no era algo que ni a él ni a Mikhail les gustara y sobre todo a Alexa, la madre de la novia, quien incluso a esa distancia se adivinaba furiosa por su interrupción.— No me digas Sergey, no me había dado cuenta — confesó Victoria Abochornada.— ¿Ya viste la cara del novio?— dijo el amigo.— No fui capaz de ver nada más que la mirada asesina de mi hermana — respondió Victoria — Seguro que mi abuelo va a castigarme por esto.— Dudo mucho que Mikhail sea capaz de ponerte un castigo por nada — aseguró Sergey y entonces Victoria se giró y le sonrió con esa sonrisa y esa mirada inocentes que le recordaban a Anna cuando apenas eran unos críos y a la que jamás podía negarle nada, al viejo le pasaba lo mismo — Sin duda, estoy seguro de que no va a castigarte.Erwan permanecía estoico frente al altar, junto a una mujer que no amaba ni deseaba como esposa. Sin embargo, el deber y la promesa hecha por su padre a Mikhail, el abuelo de su futura esposa, lo obligaban a seguir adelante con la ceremonia.Una hora antes, mientras se vestía y arreglaba, Spike, su primo, mano derecha y padrino, le pregunto algo que lo hizo reflexionar.—¿Por qué te casas con alguien que no amas?—Porque es mi deber y porque no creo en esa estupidez llamada amor. — respondió simplemente Erwan guiado por la arrogancia del momento.—No es ninguna estupidez. Solo que no has encontrado a esa persona que te haga perder la cabeza y te haga actuar de manera imprudente.Esas fueron las últimas palabras de Spike antes de golpear suavemente su hombro izquierdo y dejarlo solo.En ese momento, no prestó atención a la advertencia de su primo. Pero ahora, mientras el ministro pronunciaba las palabras de la ceremonia, sentía el peso de esas cadenas ajenas que lo ataban a otra persona. No solo era el peso de esas cadenas lo que lo atormentaba, por dentro estaba suplicando por un milagro o por algo que lo liberara de ese compromiso sin repercusiones.Las palabras de Spike sobre encontrar a alguien que lo hiciera perder el control resonaban en su mente, llevándolo a revivir las últimas dos semanas en Nueva York antes de volar a Rusia para casarse con una mujer que apenas conocía.Al recuerdo de una mujer en especial. Una hermosa y joven promesa del ballet que lo hechizó con su belleza y que jamás volvería a ver si se casaba con la mujer que estaba frente a él. Tal vez la única mujer que le había hecho experimentar el amor, tal vez su primer amor, porque a pesar de pasar de los treinta, no recordaba haber experimentado ningún sentimiento de ese tipo antes.Solo habían sido dos semanas y no podía dejar de pensar en ella. Deseando que apareciera en la puerta de la iglesia para que él corriera a su encuentro y ambos pudieran huir de esa m*****a ceremonia que en realidad no deseaba.El sonido de unos tacones resonando por el pasillo de la iglesia lo hizo suspirar de alivio por un momento, a la vez que lo enfurecía por querer romper una promesa hecha por su difunto padre, el único hombre que respetaba y al que siempre intentaba honrar.Lo peor es que no giró la cabeza a tiempo para ver a la persona que se había atrevido a jugar con sus emociones y darle esperanzas, solo parte de la tela roja de su vestido mientras se sentaba en los últimos bancos de la iglesia, lo que sin duda sería el primer y gran error de su vida, porque tal vez si hubiera reconocido a la mujer de rojo todo sería distinto.—Lo siento —le escuchó decir a su futura esposa abochornada por la interrupción — mi hermana siempre tiene que llamar la atención.Él no respondió, ni siquiera le devolvió la sonrisa. Solo la observó como la molestia que era.—Todavía no se si esto sea un sueño Erwan, pero si lo es, por favor no me despiertes.—No, no es ningún sueño, mi amor es nuestra realidad, estamos aquí y seguiremos aquí juntos.Escucharlo decir eso hizo que Victoria levantará su mirada, feliz enamorada. Solo para ser nuevamente besada por su esposo.Erwan a los ojos de todo mundo podía ser un villano un cruel boss de la mafia neoyorkina, pero antes sus ojos era el hombre perfecto.Lo supo desde el momento que Sergey le dijo lo decidido que estaba a rescatarla y su resolución de entrar en guerra con la Bratva si algo le pasaba a ella. Su villano, el hombre que haría arder el mundo con tal de salvarla, no solo a ella también a la pequeña hija de ambos.—¿En qué piensas Vicky?— le preguntó Erwan al percatarse de su mirada.—En lo afortunada que soy de haberte encontrado y lo feliz que seremos juntos a partir de ahora.—Discrepo en algo con usted señora Roussell yo soy el afortunado, antes de ti era un muerto en vida.Después de eso los
La recepción estaba en pleno apogeo en la mansión Volkov. Las risas, la música, la felicidad llenaba el lugar mientras los invitados disfrutaban de la fiesta. Victoria y Erwan, así como Tatiana y Sergey, estaban rodeados de amigos y familiares que celebraban la boda doble. Tatiana y Sergey estaban conversando con algunos invitados cuando Victoria y Erwan se acercaron a ellos con copas de champán en la mano. —¿Están disfrutando de la fiesta? —preguntó Victoria, viendose tan feliz como no se había visto desde el momento en que le dijeron qué sería la primera bailarina para la obra del lago de los cisnes en Nueva York. —¡Por supuesto! —respondió Tatiana, levantando su copa—. Pero tengo que decir que, después de todo lo que hemos pasado, esto se siente casi irreal. ¡ Nos casamos a la vez, con las personas que amamos! Sergey asintió, sonriendo a su esposa. —Es cierto. Y pensar que hace apenas unos meses, todo eran problemas que parecían no tener solución. Erwan levantó su copa en un
Un mes después, la mansión Volkov estaba engalanada para una nueva boda. Los empleados corrían de un lado para otro ultimando los últimos detalles. Y la organizadora vigilaba minuciosamente todo el proceso para que saliera perfecto, no solo porque le habían pagado una pequeña fortuna, si no porque aquella boda sería algo tan sonado en la alta sociedad que tendría mucho trabajo después de eso.Victoria estaba frente a un espejo vestida de blanco, ajustando los últimos detalles de su vestido de novia. Tatiana, a su lado, no podía dejar de admirar a su hermana, era realmente hermosa, entendía a Erwan porque así vestida se veía más allá de una belleza humana, era casi etérea como una ninfa o algo así, con la piel tan clara, el cabello casi blanco de rubio que era y aquellos ojos grises que parecían hechos de plata, que te hacían dudar que un color así lo hubiera hecho la naturaleza. —Estás preciosa, Victoria —dijo Tatiana con una sonrisa sincera adornando su rostro.Victoria, tomó las ma
Alexa comenzó a reír al escuchar la pregunta de Slavik.—¿En serio me preguntas qué pretendía, Slavik? Tú, de entre todas las personas, deberías saberlo. Sabes que ella es la bastarda que tuviste con la zorra de Anna.—Victoria no es una bastarda—respondió Slavik, sacando su arma y apuntando a su esposa.Alexa rio de nuevo.—Por supuesto que no, porque con ella te casaste. Tu única bastarda es Tatiana, ¿no es así?—Madre, ¿qué estás diciendo?—preguntó Tatiana, tratando de acercarse a su madre, pero Victoria la detuvo.—Por favor, no te acerques a tu madre—le dijo Victoria.—Pero…—Tatiana desistió, quedándose en su lugar.Alexa continuaba apuntando a todos en la sala, especialmente a Slavik.—Siempre te amé, te di una hija, y aun así no te casaste conmigo. Me obligaste prácticamente a casarme con Dorian Volkov. Recuerdo tus palabras y las excusas patéticas que me diste: conservar la paz entre las familias. ¿Y para qué? Para que tú te casaras a escondidas con Anna, la hicieras tu esposa
De un momento a otro, todo empezó a andar a cámara lenta frente a sus ojos. Alexa se levantó con un arma en la mano, caminando sin dudarlo ni por un instante hacia la cama donde Victoria estaba completamente expuesta y vulnerable.Spike tenía solo una oportunidad para evitar que eso pasara y conservar su cabeza en su lugar. Si fallaba, Erwan y la pequeña Odette serían los únicos Roussell vivos en el planeta, ya que él se encargaría de exterminar por completo a su propia familia, junto con las familias Volkov e Ivanov en Rusia. No había nada ni nadie que le impidiera convertirse en un ángel vengador, eliminando a todos los que consideraba culpables de la muerte de la mujer que amaba.Gracias a Dios había llegado a tiempo, ya que la casa de campo estaba a unos kilómetros de la mansión Volkov, lo que le permitió llegar más rápido que Erwan, quien aún estaba en camino.El dedo de Spike de su mano dominante, estaba inquieto, esperando el momento adecuado para apretar el gatillo. Si tan sol
El teléfono de Sergey sonó y los tres hombres se quedaron en silencio mientras él respondía rápidamente.— Sergey —dijo la voz angustiada de Tatiana al otro lado de la línea.—¿Tatiana? —preguntó Sergey, sorprendido poniendo rápidamente el teléfono en manos libres para que los demás también pudieran oírla—. ¿Dónde estás?—¡Sergey, ayúdame! Victoria está en peligro. Mi madre... ella ha enloquecido. ¡No sé qué hacer! —respondió la mujer sollozando desesperada.Erwan, al escuchar la voz de Tatiana y lo que decía, le quitó el celular a Sergey bruscamente de las manos.—Tatiana, si no aparecen pronto, me divorciaré de ti y me llevaré al niño conmigo. Jamás podrás verlo de nuevo. —advirtió Erwan desesperado—. Así que dime, ¿Dónde es que se encuentran?Tatiana se quedó en silencio por un momento, tratando de procesar la amenaza de Erwan. No sabía si estaba más indignada o asustada, lo que tenía claro es que ese no era el momento de ponerse a discutir con él; primero debían salvar a Victoria
Último capítulo