Agnes Blanco
Hywel Phoenix era un multimillonario petrolero acostumbrado a tener lo que quisiera: dinero, poder, mujeres, alcohol. Sus fetiches sexuales estaban sobre la cama cada noche, hasta que su socio y mejor amigo Morgan Wisker robó parte de su patrimonio.
Las deudas y el robo eran algo que Hywel no perdonaba, y se cobró con lo que Morgan más amaba: su angelical y virgen hija.
Jade Wisker sabía que el guante blanco de su padre cobraría factura en algún momento, pero jamás imaginó que sería ella la que pagaría con su cuerpo, mente, alma y corazón el robo de su padre. No tenía chispa, no era demasiado carismática, pero a Hywel le gustaba la mujer desde el momento que la vio.
Fue un premio de consuelo para que al viejo Morgan le doliera y para dejar claro el mensaje de que era él quien mandaba, pero cuando Jade es enviada a la mansión de Hywel para mostrársela a todos, conoce al apuesto, varonil y peligroso Nick Lockett; el guardaespaldas personal que su esposo le colocó a su merced.
Lo peor que podía sucederle a Jade no era ser vendida como un pedazo de carne, sino evitar caer en la tentación de su escolta.