Cuentos cortos & novelas

Explore una colección diversa de historias cortas cautivadoras que abarcan múltiples géneros. Perfecto para lectores que buscan un escape literario rápido y narrativas atractivas.
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Infiel bajo mi propio techo - Todos novela & todos
Bea
Después de siete años de relación y tres de compromiso con Diego Campos, la hija de su tutor, Clara Vega, de repente se mudó a nuestro departamento de matrimonio. Clara estaba sentada en nuestra cama, con una actitud bastante descarada y dijo: —La cama del hombre perfecto de la odontología, Diego Campos, es por supuesto bastante cómoda. Comentó con una sonrisa burlona: —¿Cómo sería dormir con él? Grabé la escena y la envié al grupo familiar: Parece que Diego va a tener una nueva novia. Diego regresó inmediatamente, abrazando a Clara, señalándome y gritó con furia: —¡El último deseo de mi tutor era que cuidara muy bien de Clarita! ¡Si no puedes aceptarlo, entonces vete tú! A decir verdad, en ese momento, mis cejas estaban más arrugadas que las sábanas donde Clara había estado sentada. ¡Perfecto! Ya no quería esa cama, tampoco quería a estar con su prometido.
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¡¿La esposa legal de mi esposo es mi hermana?! - Todos novela & todos
Pastelito
En el cuarto año de su matrimonio con Dylan López, Aitana Ramos quedó embarazada. Llevó sus documentos al hospital para iniciar el control prenatal; al verificar la información, la enfermera le dijo que su acta de matrimonio era falsa. —¿Falsa? ¿Cómo cree? —Aitana se quedó helada. —Mire el sello: está chueco, y el folio no existe en el sistema —explicó la enfermera, señalando el papel. Aitana no se rindió. Fue directo al Registro Civil para confirmar y recibió la misma respuesta. —El señor López aparece como casado. La cónyuge registrada es Mía Ramos… "Mía Ramos." El nombre le cayó como un balde de agua helada, y la mente se le quedó en blanco. Mía, su media hermana… y el primer amor de Dylan. Años atrás, Mía había huido el día de su boda para irse a estudiar al extranjero, dejándolo plantado, y, sin embargo, ahora constaba como su esposa legal.
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Ya No Seré Tu Herramienta Perfecta - Todos novela & todos
Bagel
La noche que nombraron a Lorenzo jefe de la familia Martín, le entregué mi virginidad. Él era el heredero al que me habían prometido desde antes de saber hablar. Nos besamos contra las ventanas panorámicas, enredados en el calor húmedo del crepúsculo... Sus manos ásperas y urgentes me lastimaron, pero no me aparté. Hasta el dolor se sintió sagrado; ese era un sacrificio que estaba dispuesta a hacer por amor. Perdido en el calor del momento, me prometió unos hermosos zapatos de cristal, para que, al día siguiente, bailara con él el vals inicial en su ceremonia de coronación. El primer baile siempre estaba reservado para el nuevo jefe y su futura esposa. Lloré de alegría, creyendo que mis años de anhelo secreto y espera paciente finalmente culminarían en un final de cuento de hadas. Pero estaba equivocada. ¡Terriblemente equivocada! A la mañana siguiente, arrastré mi cuerpo adolorido para comprar su espresso favorito, solo para escuchar a escondidas cómo los muchachos bromeaban al regresar: —Así que al fin te comiste la cereza de la familia, ¿eh? ¿Cómo estuvo Viviana en tu primera noche como jefe? La voz de Lorenzo al responder era perezosa y a la vez burlona: —Ella tiene cara de ángel y cuerpo de diabla. Es una zorra ardiente en la cama. La habitación estalló en silbidos obscenos. —Jefe, entonces, ¿de verdad te vas a casar con ella? —¿Estás hablando en serio? —resopló Lorenzo con desdén—.Viviana para mí solo fue una práctica en la intimidad. Una vez que practique lo suficiente, iré a domar a la princesa de hielo de los Falcón. Cuando me aburra, siempre puedo volver y casarme con ella. Me quedé petrificada en el umbral, la visión se me nublaba y la taza de café temblaba en mis manos. Antes de que el mundo se oscureciera por completo, le envié un mensaje cifrado al Don: —Señor Román, consígame un traslado para el ascenso en tres días. Qué esté lo más lejos posible de Lorenzo.
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Las Tres Últimas Oportunidades - Todos novela & todos
Barquilla
Mi marido no me amaba, y mucho menos a nuestra hija. Desde el nacimiento de la niña hasta ahora, seis años después, ni una sola vez la había alzado en brazos. El médico dijo que padecía un trastorno emocional, que simplemente no sabía expresar sus sentimientos. Pero el día en que su "amada de juventud" regresó, mi marido, inusualmente, nos sonrió. Incluso, rompiendo todos los precedentes, le llevó un regalo a nuestra hija. Creí que por fin lo había entendido. Hasta que mi hija y yo vimos la foto de su pantalla del móvil. En ella, aparecía sonriendo, con los ojos brillantes, un brazo alrededor de una niña a la que le faltaban los dientes delanteros, y la otra mano sosteniendo la de su amada de juventud. Mi hija me tomó de la mano, con los ojos ligeramente enrojecidos. —Mamá, ¿no es hora de que nos vayamos? ¿Podemos darle a papá tres últimas oportunidades? —Si después de esas tres veces todavía no nos quiere, nos iremos.
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Sin Amparo - Todos novela & todos
Skytree
Los médicos dicen que me quedan apenas tres días, por culpa de una falla hepática aguda. Mi única esperanza es un ensayo clínico, de alto riesgo. Pero mi esposo, David, le cedió la única plaza disponible a Emma, mi hermana adoptiva y madrina de mi hija Emma, cuya enfermedad apenas está en la primera fase. Él asegura que es «la decisión correcta», porque ella «merece más seguir viviendo». Firmé la renuncia a cualquier tratamiento y tragué los analgésicos de alta potencia que me recetaron. El precio: mis órganos se irán apagando hasta que muera. Cuando transferí a Emma la joyería que levanté con cada gota de esfuerzo, mis padres me alabaron: —Así sí eres una buena hermana. Incluso accedí a divorciarme para que David pudiera casarse con ella, a lo cual él me dijo que por fin era «comprensiva». Y, cuando le pedí a mi hija que la llamara «mamá», la niña aplaudió feliz, exclamando: —Emma sí es una mamá dulce y buena. En definitiva, le entregué todos mis bienes a Emma; lo que mi familia vio como algo natural, sin notar nada extraño en mí. Me intriga saber si, cuando reciban la noticia de mi muerte, todavía serán capaces de sonreír.
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Reescribiendo el destino. No volveré a amarte - Todos novela & todos
KarenW
Había estado enamorada de Carlos Cruz, el mejor amigo de mi hermano y único jefe de la mafia de Nueva York, desde que tenía memoria. En la noche de mi vigésimo cumpleaños, mi hermano me prometió darme una gran sorpresa. Jamás imaginé que esa sorpresa sería un Carlos muy borracho y muy dispuesto a ser besado. Después de esa noche de imprudencias, el resultado fue un bebé. Carlos aceptó casarse conmigo tras quedar embarazada, pero el día en que nació Leo, no dijo ni una palabra, simplemente recogió sus cosas y desapareció rumbo a Francia por casi cinco años. Cuando regresó, estaba acompañado por Alexandra, su primer amor. Sin embargo, cuando ella nos vio a Leo y a mí, huyó, desapareciendo de su vida para siempre. Después de eso, Carlos volvió a mi lado, fue como si intentara ser el hombre que siempre necesité, como si por fin nos diera una oportunidad. Pero los cuentos de hadas son mentiras envueltas en un papel bonito. En el sexto cumpleaños de Leo, íbamos camino a cenar cuando los frenos del automóvil fallaron. El coche derrapó en la autopista y las llamas lamieron el motor. De inmediato, Carlos salió del auto, y cerró la puerta con llave. —Si no fuera por ti, Alexandra seguiría a mi lado. Ahora es tu turno de sufrir —exclamó. Fue en ese instante cuando finalmente lo comprendí: Carlos nunca me había amado. Cuando volví a abrir los ojos, estaba de vuelta en mi cumpleaños número veinte. Carlos estaba en mi cama, justo donde lo había dejado en el pasado. Sin embargo, esta vez no dudé, simplemente corrí. Y, al salir, hice la llamada que debí haber hecho la primera vez; contacté a Alexandra.
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Dejé de ser su Luna... ¡y el Alfa enloqueció! - Todos novela & todos
Contracorriente
Cada semana, mi Alfa Bruce llevaba a una mujer distinta a casa, y frente a mí, en nuestra propia cama, se entregaba al desenfreno. Cada traición desgarraba mis sentidos; dolía como si unas garras afiladas me abrieran el alma. Él me odiaba; por eso me torturaba, una y otra vez, burlándose de mi confianza con su traición carnal. La noche de nuestro décimo aniversario llevó a la amante que había mantenido en secreto durante cinco años hasta nuestro territorio. Ella calzaba mis tacones, vestía mi traje de gala hecho a medida y lucía el anillo y el collar que yo había creído símbolos de nuestra promesa. Él, de pie ante todos los invitados, se burló: —¿No te gusta su vestido? Quítate el tuyo y dáselo. Ah, y esta noche no necesito que me atiendas. Ella es cien veces mejor que tú en la cama. La multitud estalló en carcajadas, convirtiéndome en su objeto de burla. Pero yo me levanté con calma y lo miré: —Quiero romper el vínculo. Él reaccionó como si oyera el chiste más aburrido: —Eso lo has dicho cien veces; ya me harté. ¿De verdad estás dispuesta a renunciar al puesto de Luna? Te arrastraste para que te marcara; tú te aferraste sin dignidad. La gente volvió a reírse a carcajadas. Pero ellos no sabían que, de todas esas cien veces, esa vez yo estaba decidida a terminar con esa agonía. Esa vez no lo quería ni a él ni al poder y la gloria de ser su Luna. Había decidido romper por completo el lazo de nuestras almas.
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La Reina de los Lobos Blancos - Todos novela & todos
Carmela Seda
Viendo el amanecer en la cima de la montaña con mi prometido, me empujaron de repente y caí, resultando sumamente herida. Entre todo el alboroto, escuché la conversación de Basilio con el médico. —Alfa, en realidad las heridas de la Gamma Dalia no son tan graves. ¡Podría curarse sin quitarle el útero! —¡Cállate! Si yo digo que es necesario, es necesario. ¡No olvides que soy el Alfa! ¡Tú solo obedece! Solo si pierde el útero, el cachorrito de Milagros y mío podrá ser el heredero legítimo de la manada. Use una dosis grande de anestesia especial. No quiero que despierte el día de la boda. Se pondría triste al ver que la novia no es ella. Abrí los ojos y miré al hombre en la puerta. Era un verdugo, un demonio. Si quería casarse con esa Omega débil, se lo iba a conceder. Sin darle demasiadas vueltas, hice una llamada: —Acepto la propuesta que me hiciste. La persona del otro lado del teléfono se rio: —La Diosa de la Luna favorece a los cachorros inteligentes.
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Renací en el espacio: Ahora tengo tres esposos - Todos novela & todos
Katerina
La serpiente negra nos pidió, a mi hermana y a mí, que una de nosotras se embarazara de él. Sin dudarlo, mi hermana me empujó hacia él. No esperaba que, tras mi trágica muerte y resurrección, ella misma se arrojaría a los brazos de la Serpiente Negra buscando su favor. Ver de nuevo esa aterradora imagen que tanto me atormentaba, me hizo estremecer. Solo quería huir, pero mi hermana me tenía asida por la barbilla y me dijo: —¡También resucitaste! ¡No te dejaré en paz!
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El viaje familiar desigual - Todos novela & todos
Carolina
Durante las festividades navideñas, Carlos, el hermano menor de mi marido, expresó su deseo de vacacionar en las playas hawaianas. Decidí entonces planear una salida en familia. La situación dio un giro inesperado cuando Fabiola, una amiga cercana de mi esposo, al enterarse de nuestros planes, manifestó su intención de sumarse al viaje junto con su pequeño. Sin consultarme siquiera, mi esposo procedió a comprar los pasajes aéreos para todos, dejándome a mí la tarea de transportar el equipaje por carretera. Lo que más me desconcertó fue ver cómo el resto de la familia respaldaba completamente esta decisión. "Si así quieren jugar, que así sea", me dije para mis adentros, adoptando una actitud resignada. Curiosamente, mi reacción pareció provocar cierta inquietud entre todos los miembros de la familia...
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