No recuerdo quién soy, ni cómo me asesinaron. Algo dentro de mí me susurra que morí por amor y joven. No me crean mucho, solo soy una fantasma vagando, con una camisa de hombre manchada de sangre y con las piernas más sexy que puede tener un espíritu. Mi inexistente vida la paso flotando por el cementerio de Cathay. Hasta que una fría noche con luna llena me envuelve una neblina y aparece ante mí el lobo más hermoso que he visto (por lo poco que recuerdo) y todo cambia. Siento mi cuerpo, el frío en mi pálida piel y al mirarme ya no era incorpórea. No entiendo qué sucede, pero no dura mucho el cuerpo. Al salir de la neblina vuelvo a ser tan invisible como siempre. Sin embargo, me siento extraña y siento cosas que a un fantasma no debe pasarle. Soy Berwin, el nuevo alfa de la manada de Gales del Norte. Todo cayó de sopetón en mi entretenida vida. Perdí a mi mejor amiga y me siento con tanta carga encima. Una noche de visita al cementerio me transformé en lobo y al frente de la tumba de mi amiga me encontré una chica. Es hermosa, resplandece con la aurora boreal y a la vez es misteriosa. Aparentemente es fantasma, pero la sentí y sus ojos de manantial me cautivaron. No obstante, como siempre en mi vida, todo da un giro y los fantasmas nos pueden poseer (cosa que era imposible) debido a que uno cruzó la línea prohibida. Mi manada está presa del pánico y en lo único que pienso, es en los motivos de esa chica fantasma. ¿Sus intenciones serán buenas o malas? ¿Un fantasma y un lobo pueden ser algo más, qué cruzarse en su camino por accidente?
Leer másGravitaba por las afueras del cementerio de Cathays Cardiff, Gales, aburrida. No recordaba cómo morí. Ni siquiera mi nombre, intenté agarrar una roca y la traspasé. La luna llena me llama la atención, mis ojos fijos en esa enorme bola brillante y de pronto escucho un lobo aullar. Nunca había escuchado uno tan cerca (bueno en mi vida de fantasma) por este cementerio. Mi inexistente cuerpo gravita hacia el aullido y de pronto siento una niebla que me cubre. Nunca en todas las noches que he venido, había sentido algo de esa manera y de pronto siento la fría tierra en mis pies. «¿Qué rayos sucede?» Me agacho, estoy consciente de mi cuerpo, ya no es incorpóreo. Estoy fascinada y agarro un puñado de arena. Cierro los ojos, sintiendo todo y oliendo la húmedad. A varios pasos escucho el aullido y por instinto abro mis ojos. El lobo enorme de pelaje gris y el hocico blanco se acercó vigilando. Sus ojos oscuros y poderosos fijos en mi cuerpo, pero se detuvo como todo un depredador a mitad del camino. No entiendo cómo tengo un cuerpo, o sea estoy muerta. Suavemente me incorporo, siento frío y me acaricio mis brazos. Sonriendo por este momento, levanto la vista hacia el enorme cielo y me quedo con la boca abierta viendo una aurora boreal. El cielo me ha regalado los espectaculares colores. Tengo una camisa blanca con sangre y mis piernas al descubierto. La ropa demuestra que mi muerte no fue accidental, sino forzada. El lobo de pronto corre hacia mí, quedándome quieta y admirando su belleza nata. Estoy muerta, es imposible que pueda lastimarme. «¿Será que la niebla me hace visible?» En mi inexistencia y aburrida vida deseo ser mordida por esa belleza de lobo. Se derrapa frente de mí y me miró intensamente.
—¡Hola lobito! Eres lo más entretenido en mi fantasmagórica inexistencia vida —sus ojos lobunos oscuros en mí y acaricio su cabeza.
Ladeó su cabeza cerrando sus ojos, aparentemente le ha gustado mi toque. Me percato que estoy en la tumba de Leyla Hathaway.
—¿Te gusta mi toque? —susurro mientras me agacho a su nivel—. Disfruta mientras dure —me detengo de acariciarlo al escuchar a mi patético amigo fantasma y enseguida el lobo abrió sus ojos en alerta—. Calma lobito, es mi amigo fantasma.
—¡Bellicienta, Belli, nos ha llamado Jason! ¡Ha pasado algo! —su bramido es desesperado y me giro en dirección de su voz.
Lo veo gravitar, al verme con cuerpo sus ojos verdosos se agrandan. El lobo se cruzó en mi camino, todo posesivo amenaza a Luke.
—¡Hey, calma lobo! Aunque soy fantasma, nada podrías hacerme —se mofó y volvió su atención hacia mi cuerpo—. ¿Me puedes explicar cómo has hecho?
—No tengo idea que ha sucedido, pensé que era la neblina. Pero estás aquí y sigues igual. Lo más extraño es que sigues incorpóreo —lo miro pensativa.
—¡Hello, soy fantasma, tu amigo! —se señaló con sarcasmo—. Mira el cielo, que maravillosa vista.
Me inclino abrazando al lobito y beso su cabeza.
—Cuídate mi lobo, espero poder volver a verte —sus ojos oscuros son una promesa y me estremezco.
Tener de cerca al lobo me hace sentir una conexión y de pronto tengo una leve visión. Me sostengo la cabeza fuerte, sintiendo una punzada y puedo ver un chico de espalda ancha sosteniendo un peñón.
—¿Qué te sucede Belli? —ese apodo me lo dio él, al no recordar mi pasado—. Tenemos que irnos y tú teniendo otra muerte en este cementerio —habló de prisa y sin lógica alguna.
Abro los ojos aturdida, estoy segura que ese hombre fue mi asesino. El lobo con su hocico me roza la mejilla y termina lamiendo. Sonriendo a su toque, le doy una última mirada y me alejo odiando dejarlo. Sigo caminando hasta que salgo de la niebla y mi cuerpo se vuelve fantasmagórico.
—Que extraño, ¿no quieres decirme tu secreto?
—Te aseguro Luke, que no hice nada. Solo sentí una niebla en ese sitio y luego tenía mi cuerpo.
—Pues no sentí nada y me detuve en la neblina —se ha quedado pensativo y prosiguió—, solo que el lobo es muy agresivo conmigo y contigo no. Por supuesto que sería así, si eres bella, incluso de fantasma y esas piernas. ¡Mmm!
Nos alejamos de la tumba y siento un vacío en el pecho de momento. Me detengo, me giro sobre mi hombro y aún sigue el lobo observando. Levanto mi mano en despedida y el lobo aulló logrando erizar mi cuerpo. Nunca había sentido nada desde que soy fantasma y sé que ha pasado algo en esa niebla. La única persona que puede aclarar esto es Jason, el líder de la cuidad de Huesos Gravitando. Se preguntarán si los fantasmas tienen un territorio, por supuesto que sí. Lo malo de mi situación, es ser la única que no recuerda su nombre. Además de andar con una camisa de hombre llena de sangre y prácticamente desnuda. Menos mal que me he acostumbrado a las miradas de todos y hasta me gusta llamar la atención. Ser fantasma tiene sus pro y contras, un pro es poder teletransportarme y eso hice en este momento hacia la ciudad de los fantasmas. Es un plano completamente gris, con muchos fantasmas flotando y haciendo que la ciudad sea lo más parecido a un hogar. En este plano quedamos los que nos negamos a cruzar por asuntos que debemos arreglar y mientras seguimos las órdenes del líder Jason. Ese que nos ayuda a evitar ser llevados a la fuerza a nuestro destino. Por lo tanto hay fantasmas que poseen cuerpos, hay los que solo quieren cuidar a su familia y luego existen los míos que no queremos irnos hasta saber que nos sucedió. Está flotando alrededor de una silla de rey Jason, en su rostro veo incertidumbre y sus ojos grises conectan con los azul claros míos. Se encuentran todos los fantasmas expectantes a lo que nos informará Jason. Estoy segura que esa mirada mortal, tiene que ver con la niebla y levanto mis hombros en señal de no sé nada. En eso flota una chica habladora, últimamente le ha dado con seguirme y la evito lo más posible.
—Te perdiste todo el día —su voz chillona me persigue.
—Estaba vagando por ahí —respondo monótona.
—¡Atención a todos! ¡Hagamos silencio! —bramó Jason.
—¿Por qué tanto misterio? —susurro a nadie en particular.
Me cruzo de brazos y fruncí el ceño esperando por el discurso.
—Esta noche han cruzado la línea prohibida y alertado a los guardianes de la línea —Jason empezó a hablar y no quitó sus ojos de mí—. Por tal motivo seremos cazados y debemos mantenernos fuera del cementerio de Cathays.
—¿Qué pasa con la línea? —grito consiguiendo la atención de todos.
Jason gravita hacia mí furioso, todos le abren paso y se detiene al frente.
—Solo debes saber que es prohibida, está fuera del alcance de un fantasma y si deciden excavar, su alma será encerrada para siempre.
Por primera vez desde que soy un fantasma siento ganas de romper las reglas y crear mi propio destino.
—Tal vez, sea hora de arriesgar, total ya somos inexistentes.
Con eso desaparezco, dejando a Jason molesto y a los fantasmas dudando.
—¡Hija, el tatuaje es precioso! —mamá lo observa por cuarta vez y nos encontramos en el baño esperando que Corwin juegue un rato con la espuma—. Disfruta esta noche, baila y canta en el karaoke. —Mamá, ¿me cuentas la historia de la bestia Galusan y sus aventuras? —Un poquito porque tengo que vestirme. —De acuerdo —sonrió con su cabello mojado. —La bestia Galusan era tan fuerte que todos le temían. Ella salió asustada y aterrada de la jaula que se escapó. En la plaza se formó el caos al ver una bestia y los gritos de la gente huyendo, la desesperaba. No quería lastimar a nadie. Sin embargo, no conocía otra forma de sobrevivir. Si no se defendía era su vida la que corría peligro. Hasta que una persona le dio su mano y la ayudó. Se dio cuenta de que si contaba con tan solo una persona que lo viera, él podría ser mejor persona. Se hicieron amigos y una noche en peligro no dudó en sacrificar su vida por esa persona. —Mis ojos se humedecieron. —¡La bestia Galusan, es súper! Me hubiera g
Al llegar al castillo, me encuentro con los chicos y sus parejas. Takeo tiene embarazada a Caron y viven enamoradísimos. Craig lo consiguió con la chica licántropa y tienen un bebe de un año. Mi amiga Keyna y Meir se niegan a tener hijos porque viajan mucho. Hoy llegaban de un viaje, no me pregunten a qué país, he perdido la cuenta. —¡Alinor, amiga! —corrió a mis brazos Keyna y se inclinó a darle un enorme beso a su ahijado—. Mi adorado niño, te traje unos regalos que amarás. Corwin se encaramó en su cuello y no paraba de sonreír. Él adora a sus padrinos y se fueron en busca de Meir. No veo a Berwin por ningún lado. Mucho menos su cola Kenzie, esa niña es locura con su padre. Además, que es muy centrada y viejita en un cuerpo de niña. Corwin va a su ritmo, juega con los niños y no le importa nada del poder. Realmente solo le hace caso a los animales y el contacto con el agua. Sin embargo, él alberga mucho poder dentro para sus cuatro años y todos lo sienten. Si mi hijo no quiere sab
Han pasado cinco maravillosos años, sí, han sido cuesta arriba como todo en la vida. Sin embargo, tener una familia espectacular logra que todo sea llevadero. Nos encontramos probando la pieza que Calais consiguió, para el Ford cortina azul cielo de los años sesenta, donde vivía Bellicienta. Le costó al tío conseguirla al ser una reliquia. Es una sorpresa que le daremos.—¿Calais, estás seguro de que encenderá esta vez? —Mi cabello lo tengo en una coleta, a mi chica arcoíris le gusta mi larga melena hasta los hombros.—Es una reliquia, cuando nuestra chica vea esta belleza se queda patidifusa —Calais está con sus músculos al descubierto debajo del carro—. ¡Kenzie, por favor, pásame la tuerca! —sacó la mano y mi adorada hija la puso en su palma grasosa.—¡Tío, qué asco, sucia tus manos! —Para tener cinco años es muy brillante y va adelantada en todo.Es una copia de ambos, su cabello blanquecino le llega hasta la mandíbula porque ella misma se lo corta con las tijeras (odia verlo más l
—Aprovecha que el pelón es soltero —susurré y Selig tosió marchándose. —Mi chica haciendo de casamentera —mi lobo me abrazó por detrás y acarició la panza—. ¡Huele bien! —aspiró mi cuello y le di una mordida a mi hamburguesa—. Dame una probada. Capté el morbo, pero quise hacerme la lerda y arqueé mi cuello. Sé que lo estoy tentando y eso me prende. Mi licántropo vampiro es increíble, él puede tolerar estar sin sangre por mucho tiempo. No se desestabiliza al oler sangre. Berwin es adicto a mi sangre. Su mordida me hizo mojarme y se me escapó un gemido. Por inercia cerré los ojos y tranqué mis piernas. —¡Váyanse lejos, no nos enciendan! —reclamó Elin y su vampiro arrogante la besó acallando. —Lo siento, fue culpa de mi lobo que me enloquece. Me portaré bien —respiré profundo y seguí comiendo ansiosa por ver su polla dura—. Siéntate a mi lado. —Dame un momento —su voz en aprieto y puedo imaginar lo dura que se ha puesto. —No soy la única adicta —me burlé traviesa. Craig, lo veo con
—¡Oh, sí! Sigue… —me separé de ella para admirar su sensualidad y me encendí con tan solo ver su calentura—. ¡Joder, muérdeme, Berwin! —Rogó mi chica y la mordí en su cuello. Sé, tensó y saqué el vibrador. Lo suelto en la cama y me marché hacia el baño. —¡Berwin Dee, vuelve o te golpearé el trasero sexy! —odio irme, me cuesta no poseerla—. Lo pondré rojizo. La ignoré, abrí la ducha y puse el agua fría. Mi polla me dolía y me recosté en los azulejos permitiendo que el agua fluyera por mi cuerpo. Mi chica arcoíris se apareció, siendo un ciclón y me golpeó el pecho. Caímos debajo del chorro ambos. Su panza le dificulta la cercanía y sonreí en su cara. —¡Fóllame! —Alinor exigió y negué sonriendo mientras echaba el cabello para atrás. El agua me masajea el cuero cabelludo—. Te estás zafando. —Te gusta el vibrador, búscalo. ¡Ay, no olvides recargarlo! —le doy la espalda y su mano sostuvo mi polla—. Incluso, si no querés llamar por celular, con tan solo introducirte en mi mente y mostra
BranEstamos al otro lado de la casa de la hermana de Elin, sentados en mi motora roja y el agarre de Elin es fuerte en mi cintura. El miedo a enfrentarse a su familia es enorme, no obstante, le insistí en dar la cara. Ella debe despedirse de frente, al menos con su hermana. Hemos venido en horario de clases, porque mi chica se negaba por los niños. Obviamente, antes de venir con mi chica, investigué con Berwin, la vida de su hermana. Su esposo la abandonó como quiera. Eran excusas de que su hermana no lo atendía. Lo planeó para irse con su amante. No pude evitar hacerle una visita con los chicos. Le dimos un susto al aparecernos en el motel donde había terminado de follar. Aparecimos y pude darle un par de ganchos. Ese hombre me lo debía por hacer sufrir a Elin, con sus mentiras para follar. Luego Craig le comió el cerebro, lo hizo creer que unos hombres lo asaltaron y por eso lo golpeó. Volviendo a mi rayo de luz, se ve hermosa como sea, pero se maquilló excesivamente para ocultar s
Último capítulo