En un momento de crisis una joven acude a su ayuda. Por esa ayuda surge una carta de despido. Por esa carta de despido él recorre Italia y hace lo inimaginable para encontrarla. Por su hijo ella trabaja sin miedos. Por un hombre ella puede dar su vida. Sabe que la brecha entre ellos no se puede salvar con sólo trabajar a su lado. Él intenta olvidar que la tiene ahí tan cerca y sólo la trata como un jefe a su empleada. Ella puede verlo como el hombre por quien debe estar poniendo su vida en riesgo a cada instante, su jefe y su prioridad día tras día… pero su indiferencia les hace tanto daño. ÉL: “No se aleje de mí. Y no puede estar hablando con nadie. Yo soy su trabajo, si no estoy, usted se queda sin empleo. No puede apartar sus ojos de mí”. Por él… ¿Ella puede dar su vida? Ella: “Señor Marco, para su conocimiento, los únicos hombres en mi vida son mi hombrecito Luciano y usted que es mi jefe”. Por ella… ¿Se enfrentara a todos y luchará por su amor? ¿Será que podrán reencontrarse después de tan duras pruebas?
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