El horizonte ante nosotros se movía como si fuera oleada viva y respirante, miles de cuerpos moviéndose coordinadamente en dirección única sin ninguna consideración por obstáculos que intentaran bloquear su avance inevitable, como hormigas obreras marchando hacia colmena colosal que les había ordenado congregarse sin importar costo personal que tuvieran que pagar por su obediencia forzada hacia voluntad que no era suya en absoluto.Lobos. Todos ellos. Hombres, mujeres, jóvenes, ancianos transformados en sus formas bestiales mientras caminaban con movimientos de autómatas sin consciencia propia dirigiendo sus extremidades, sus rostros lupinos retorcidos por angustia que sus cuerpos controlados no podían expresar verbalmente porque sus gargantas estaban demasiado ocupadas obed
Leer más