Selena permanecía completamente inmóvil mientras contemplaba la oferta que Magnus había puesto frente a ella con una frialdad que sugería que había estado calculando esta proposición específica durante mucho tiempo antes de que finalmente decidiera vocalizarla en voz alta, su rostro que era y no era el de Elena mostrando una mezcla compleja de emociones que no podía descifrar porque provenían de múltiples consciencias intentando procesar simultáneamente la misma información desde perspectivas radicalmente diferentes.

—Tu poder alimentaría el ritual exponencialmente—dijo Selena finalmente después de lo que pareció una eternidad de deliberación silenciosa, sus voces múltiples hablando en perfecta armonía que era tanto hermosa como fundamentalmente equivocada—. Tres siglos de poder acumulado canalizados directamente hacia mi cuerpo. Sería s