Al día siguiente..."¿Por qué tienes tanta prisa por salir del trabajo hoy, Rosa? ¿Acaso estás escondiéndome algo?" preguntó Janette, mirándola con una expresión sospechosa en el rostro.Rosa carraspeó. "¿De qué estás hablando? No sé de qué hablas." Tomó los archivos de la mesa, con la mirada en todos lados menos en Janette.Janette negó con la cabeza. "Sabes que no puedes mentirme, ¿verdad? Y a estas alturas, deberías saber que no eres buena ocultando tus expresiones." Le quitó los archivos y los colocó en el estante.Rosa sonrió. "No es nada. Solo estoy emocionada por salir del trabajo, disfrutar una cena acogedora, eso es todo."Los ojos de Janette se abrieron con sorpresa. "Oh, Dios mío, Rosa, ¿vas a tener una cita? ¿Por fin dejaste que un hombre entrara en ese corazón frío y de piedra tuyo?"Rosa se sonrojó, intentando —y fallando— en ocultar una sonrisa. "No es una cita", protestó, pero su voz carecía de convicción.Janette rodó los ojos. "Sí, sí, claro. Lo que digas, Rosa. Pero
Leer más