~ Narra Evanya ~Ver la sonrisa triunfante en el rostro de ese tirano me hizo querer alzar el puño y estampárselo en la cara hasta que no le quedaran ganas de reír. Pero sabía que sería un acto estúpido, una sentencia directa para mí… y para Tiffy.Aun así, el hecho de haber aceptado casarme con él no significaba que se la dejaría tan fácil.—Me casaré contigo… pero solo con una condición —dije, alzando la voz con la poca valentía que me quedaba.Alistair soltó una risa seca, una de esas que helaban la sangre.—¿Con una condición? Ja. No estoy para condiciones, Evanya. Las condiciones las pongo yo, por si no te has dado cuenta.Dio un paso hacia mí, tan cerca que pude oler el aroma metálico de su perfume, una mezcla de poder y peligro.—Créeme —susurró con voz baja, cargada de amenaza—, no me sería nada difícil llevarte al altar amordazada y con una pistola apuntando a tu cabeza hasta que aceptes ser mi esposa. No tengo ningún problema con eso.Su sonrisa volvió, cruel, casi divertida
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