Max había llamado a todos los familiares y amigos cercanos que pudo contactar. En pocas horas, la casa se llenó de personas ofreciendo sus condolencias.Tiempo después, Isabella recuperó la conciencia lentamente. Parpadeó varias veces y vio a Samantha inclinada sobre ella, con lágrimas corriendo por su rostro. Isabella se incorporó, con una expresión vacía y sin vida. Sin decir palabra, Samantha la abrazó fuertemente.—Bella, por favor… sé fuerte, ¿sí? —susurró Samantha, con la voz temblorosa. Intentaba consolar a su mejor amiga, pero Isabella no decía nada. Sus ojos estaban vacíos, lejanos.Se levantó y salió de la habitación. Al ver el cuerpo sin vida de su madre, las lágrimas quisieron brotar, pero no lo hicieron. Simplemente se quedó allí, inmóvil, mientras la gente se reunía para rendir su último homenaje a la señora Adeline antes de que fuera enterrada.Cuando terminó la ceremonia, Isabella se sentó en la sala, mirando fijamente al vacío. Samantha permaneció a su lado en silenci
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