Capítulo 16: Tú...
Observo por la mirilla de la puerta de mi departamento y lo que veo me deja congelada. Me miro a mí misma todavía en toalla y dudo en si abrirle o no, ya que no me encuentro en condiciones de atenderlo así, ¡No estoy vestida! ¡Mierda! ¿Qué hace aquí? Me asomo a la mirilla de nuevo y veo que está impaciente y con su cabello alborotado, pero no tiene puesta la misma ropa de ayer. Se pasa la mano constantemente por la nuca y luego revuelve su cabello nervioso. Entonces, decido hablarle, o más bien, gritarle. — ¿Qué necesitas? —pregunto en voz alta para que pueda oírme, ya que la puerta es bastante gruesa y no me escucharía si le hablo de forma normal. — ¡Hablar contigo! ¡Por favor, ábreme la puerta, es importante, Abril! —me responde y me pide a su vez, en un tono igual de fuerte como al que yo utilicé para hablarle, pero él suena desesperado. Diablos, ¿qué voy a hacer? No puedo echarlo, no, no puedo. — Está bien, espérame un momento, me visto y te abro la puerta. —Me doy la vu
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