La ropa queda regada hasta la puerta de mi habitación, y no, si están pensando que lo que va a pasar será en la misma cama con la que estuve con Simón, pues les informo que no es así. Hace tres meses que dejé el departamento que compartí con él. Quería dejar el pasado atrás y comenzar de nuevo.

Sus besos son fuego, y estoy en llamas. Es tanto el deseo, que respondimos de la misma forma, con intensidad y pasión. Una pasión desbordante que por primera vez siento, pero no es sólo eso, también hay algo más, puedo sentirlo.

Él me tiene agarrada por los muslos mientras yo abrazo su firme cintura con mis piernas. Su tacto en mi piel me estimula a niveles que no sabía que podían existir. La toalla que envolvía antes mi cuerpo cayó antes de llegar a la cama, y la toalla del pelo cayó mucho antes en la sala. Estaba totalmente desnuda y él semidesnudo, ya que sus pantalones siguen puestos, pero no por mucho tiempo.

"Desde hoy,

Háblame con dulzura.

Acaríciame con muchos te quiero,

Acompáñ