Dos años atrás
Dayana
Nos quedamos estáticos ante la notificación, ninguno se movió mientras los hombres alfas de cada casa en esta comunidad permanecieron callados detrás del alfa mayor. Así los veía. Papá era la cabeza de la casa, aunque dentro de ella mi mamá era quien mandaba. —Sonreí de solo recordar sus palabras. «Nadie debe enterarse de que aquí quien manda es ella».
Amaba esa relación, el cómo se cuidaban entre los dos, en cómo mi hermosa madre lo consentía y él, un hombre tan grandote, caía a merced de su Sirena de piel canela. De hecho, todos ellos eran increíbles esposos, por eso me costaba creer su pasado, no concibo que sea cierto eso que manifestaban haber sido.
Los pequeños no sabían el lastre que cargaban nuestros padres detrás de sus espaldas. Nosotros lo confirmamos a raíz del secuestro donde nos vimos involucrados hace años. Por ellos tenemos un estandarte muy alto para conseguir un hombre. Hemos sido criados de manera distinta, todas nosotras sabíamos pelear, habla