Cyrus parpadeó, sorprendido. —¿Cenar contigo? —repitió, como si necesitara asegurarse de haber escuchado bien. —Sí. —Ella bajó la mirada, nerviosa. —No es nada especial, solo… puedo preparar algo sencillo. Pensé que podría ser una forma de agradecerte por todo lo que estás haciendo por mí… —Su voz titubeó, y se apresuró a añadir—. Pero si no puedes o no quieres, está bien. Lo entiendo. Cyrus la observó en silencio unos segundos, que para ella parecieron eternos. Verla así —nerviosa, vulnerable, pero también con un destello de valentía en los ojos— le desarmó por completo. Sin embargo, había algo que quería dejar claro antes de dar su respuesta. —¿Estás segura de querer hacer esto? —le preguntó con voz calma, observándola detenidamente—. Digo, no quiero que te sientas forzada a hacer algo que no quieres o que te va a incomodar. Me contaste sobre tu miedo y sé que dejar entrar a alguien a tu lugar seguro, puede ser invasivo para ti. Stella se puso tensa por un momento, pero to
Leer más