Tariq estaba de vuelta en su oficina, la adrenalina mezclada con el pánico por el ultimátum de Dylan. Había pasado las primeras horas buscando una solución al chantaje de su Green Card, cuando Karim entró con varias carpetas en las manos, su semblante era grave.— Señor, traigo actualizaciones y nuevos problemas — Karim deslizó una carpeta en el escritorio.— Primero, Dylan Hayes. Hemos estado rastreando todas las cuentas cifradas y contactos que tenía pero sigue siendo un fantasma. No está usando ninguna red social ni ha hecho ningún movimiento bancario que lo delate. Simplemente, no lo he encontrado, pero vamos a seguir investigando y lo encontraremos antes de que se cumplan las 72 horas.Tariq golpeó el escritorio con frustración.— Necesito la fuente Karim, ¿a quién conoce Dylan dentro de la oficina de inmigración? prepárate para hacer control de daños por si este canalla revela la información antes de que lo encontremos, si tienes que pagarle a algui

Fátima no dudó en usar la enfermedad de Hassan como palanca.— He estado cubriendo los malos negocios de Al-Shams, es cierto, y lo hago porque su hija Zeina es la única que puede asegurar una línea de sangre familiar pura y así evitar que las acciones, las empresas y todo el trabajo de la familia caigan en las manos equivocadas.Al escucharla Tariq comprendió la magnitud de la traición, Fátima estaba usando la enfermedad de su padre y el colapso financiero de los Al-Shams para beneficiar a su propia familia y consolidar su poder.— Así que todo esto se trata de un rescate financiero y un juego de poder a espaldas de papá. ¡Eres una conspiradora madre, tu eres la que traiciona a la familia, no yo! — Espetó Tariq con la voz quebrada por la rabia.— Si el señor Al-Shams, quien es tu primo, tiene problemas económicos ¡Pues ha

Tariq irrumpió en el penthouse como un tifón, estaba buscando a Eleanor para enfrentarla y desenmascararla pero es su lugar encontró a Zeina. La prometida estaba de pie en el centro del salón con una calma siniestra que no le era natural, ya no gritaba ni rompía jarrones, solo sostenía un sobre entre sus manos.Su furia controlada era más aterradora que cualquier grito.— Tariq — lo interceptó antes de que terminara de entrar al apartamento — pensé que deberías ver esto antes de que tomes una decisión sobre nuestro matrimonio y favorezcas a tu querida esposa — dijo son sorna y sus ojos oscuros destellaban con venganza.— Pero antes quisiera saber Tariq Al-Farsi ¿Era necesario el engaño? Tu esposa es una ¿Consultora legal? Qué conveniente — Su voz era cortante, afilada con celos y desprecio.Zeina deslizó las f

En las oficinas del fiscal de distrito, en Manhattan, Nueva York, el silencio era un manto pesado en el despacho, roto solo por el suave zumbido de los servidores y el tecleo frenético de Isaac Vance sobre el teclado de su laptop. Vestía su habitual camisa blanca y arrugada con la corbata aflojada mientras el reloj marcaba las dos de la mañana, ni siquiera se había querido ir a su casa hasta no hallar algo concreto. Su rostro, iluminado por el resplandor de seis monitores, mostraba una tensión apremiante.En sus manos no tenía un caso cualquiera de la Fiscalía, tenía el caso de su hermana, y lo que más le preocupaba era su seguridad, Eleanor se había involucrado con Tariq y éste tenía enemigos peligrosos que lo querían destruir.A su lado, Blake su investigador principal, bebía un café frío con resignación y agotamiento.— Sigo pensando que es una locura Isaac — dijo Blake, dejando la taza sobre una pila de códigos legales.— Estamos usando recursos federales para investigar a tu cuñ

Eleanor se puso de pie en medio del vestidor, su corazón latía al ritmo de la alarma que había sonado en la oficina de Isaac, a cientos de kilómetros. El mensaje de su hermano había sido una sacudida brutal.« Cuídate hermanita, están detrás de ti y de tu marido, ¡No confíes en nadie! ¡Huye antes de que sea demasiado tarde! ».El Halcón, su marido, estaba a sólo unos metros de distancia siendo atendido por un médico que Amir había traído. Había quedado herido después de la confrontación con Zeina, pero ella era la que se había llevado la peor parte.— ¡Él me odia! ¡No confía en mí! — Susurró con la voz ronca producto de las lágrimas que corrían por su rostro — ¡Y yo como una estúpid@ hice lo que juré no hacer! ¡Me enamoré de él!Eleanor miró a su alrededor con el corazón roto, el lujo del penthouse le recordó un pensamiento que tuvo cuando llegó por primera vez, cuando pensó que ese sería su hogar.— ¡Este penthouse es una maldit@ jaula! ¡Siempre lo fue! — Gritó con frustración mientra