—¿Dónde estoy? —digo tocando mi sien que duele como la mierda y al abrir los ojos me veo desnuda bajo las sábanas de la habitación de ¿un hotel?Intento cubrir mi desnudez, pero el reclamo que está junto a mí me quita de un solo golpe la embriaguez.—Baja el volumen y déjame dormir, anoche me dejaste muerto, mi querida Arpía.Esto no podía ser cierto, este tipo me estaba mintiendo ¿no?Mire sobre las sabanas y ahí me relajé, el muy idiota debe haber creído que me las iba a bancar de una sola, no era tonta, puede que haya perdido la virginidad con un consolador, pero mi ginecóloga me había explicado que mi himen seguía intacto, por lo que era claro que no había mancha alguna que delatara que había tenido sexo con este hombre, que a penas y se cubre con la sábana.—¡Levántate, Aaron Connelly!—grito furiosa, mientras el abre los ojos y creo que se le desencajó la mandíbula.—Pero, pero…—Pero ¿qué?—¡Yo te dejé vestida!Y ahí me di cuenta que mi torso estaba desnudo y mis senos levemente
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