MELISASu cuerpo, pesado y sólido, cae sobre el mío en el colchón. El impacto me roba el aliento, pero es una presión que necesito. Me presiona contra las sábanas de seda fría y, en lugar de sentirme abrumada, me siento por fin anclada, completa. El olor a whisky, cuero y la colonia masculina de Kostas me inunda, es un olor a peligro que ahora solo me parece adictivo.Mi piel, donde sea que él me toca, se enciende.Es una sensación completamente nueva, como si un interruptor dentro de mí se hubiera activado, liberando una marea caliente. La rabia que sentía hace un segundo no se ha ido; simplemente se ha transformado en ardor, en una fiebre que me consume desde dentro. Mi sangre corre caliente.Nunca, nunca antes me había sentido así.He estado con dos hombres en mi vida, y mis experiencias son limitadas. Recuerdo a Luca, mi amigo del hospital, su toque era tierno, amable y seguro. Con él, mi cuerpo estaba tranquilo, casi frío. Con el otro, fue un deber, una exploración incómoda. Amba
Leer más