C4-FUE SOLO UNA BROMA.Sofía curvó los labios en una sonrisa provocadora, sabiendo que había pinchado justo donde dolía.—Es un lobo... —empezó, pero las palabras murieron cuando Draxel le atrapó la muñeca y, sin miramientos, la arrastró al sofá y la empujó de bruces contra los cojines. Con un movimiento brusco, le arrancó la franela y los shorts, dejándola expuesta, vulnerable, suya.—Vas a sentir cada centímetro de quién te reclama, Sofía —declaró, pero antes de tomarla, se arrodilló, sus manos separaron sus muslos con una fuerza controlada y luego hundió su rostro entre ellos, su barba incipiente raspando la piel sensible de sus ingles, enviando chispas de placer. Y después su lengua, ruda y experta, la lamió con una intensidad feroz.Sofía clavó las uñas en los cojines, mientras su vagina palpitaba, empapada, por cada lamida de Draxel que enviaba un latigazo de placer que la hacía arquearse y cuando estuvo lo suficientemente mojada y al borde del colapso, él se levantó, con los la
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