C6-MI DEBER ES CUIDARTE.El joven, un empresario atractivo y seguro de sí mismo, pero sin idea del peligro que se avecinaba, se giró al notar la sombra que se cernía sobre ellos. Sofía, quien estaba en shock, no estaba segura si estaba sorprendida, molesta o simplemente... nerviosa.¿Pero... qué hacía allí?Precisamente había aceptado la invitación de Matteo como un intento desesperado de probar que podía seguir adelante sin Draxel. Su relación con él no la llevaba a ningún lugar bueno, solo a ese ciclo interminable de pasión y dolor que la consumía día tras día. Y esta cita era su pequeño acto de rebeldía, su manera de decirse a sí misma que merecía algo mejor, algo normal. Pero justo cuando por fin se había convencido de intentarlo, cuando por fin sentía que podía respirar sin que el recuerdo de Draxel le oprimiera el pecho, él aparecía frente a ella, como si quisiera quemarla viva. Aun así, decidió no ceder ni un centímetro.—No esperaba encontrarte aquí, Sofía —dijo él, metiendo

C8-VIRUS DE HERMANO MAYOR. Media hora después, el auto de Draxel se detuvo frente a la entrada principal de la mansión. Sofía tenía esa sonrisa pícara que siempre lo desarmaba, mientras le arreglaba el cabello y le limpiaba una mancha de lápiz labial del cuello. Draxel también sonreía; el mal humor de los últimos días se había esfumado por completo. —¿Vas a bajarte? —preguntó ella, mordiéndose el labio para contener la risa. —Sí —respondió él, bajando el tono—. Hay algo que quiero comentarle a tu hermano. —¿Le dirás que me sacaste del club y quedarás como el héroe? —lo pinchó ella con sarcasmo. —Algo así —contestó, encogiéndose de hombros. —Por la diosa... ni siquiera lo niegas. Qué descarado eres.Draxel se inclinó y le tomó el rostro entre las manos. —Prométeme que no volverás a ir a clubes ni a salir con tipos raros, ¿de acuerdo? Lo que dije sobre los cazadores va en serio, Sofía. Debes cuidarte. Ella lo miró y notó la preocupación genuina en sus ojos, así que asintió.

C10-TENGO QUE CONTESTAR.Draxel entró en su departamento, se quitó el saco sin prisa, dejando ver la camisa desabrochada en el cuello, y lo arrojó sobre una silla y al instante su mirada se detuvo en ella. Sofía estaba sentada en el sofá, con una blusa blanca ligera que caía sobre sus hombros y un short de tela suave que apenas cubría sus muslos.El contraste de su juventud era brutal contra su propia imagen: ella con apenas veinte años y él con treinta y tres, un CEO acostumbrado a dominar todo, pero incapaz de resistirse a lo que veía frente a él.Ella giró sorprendida por su presencia, y le sonrió y esa simple sonrisa le atravesó el pecho y le calentó la sangre.—Te esperaba para cenar —dijo al ponerse de pie y acercarse como si nada en su relación secreta estuviera mal.Él no respondió, solo la atrapó con la mirada y cuando sus labios se encontraron, el beso fue profundo, cargado de un deseo que ninguno de los dos podía negar. Sofía intentó apartarse, pero Draxel la sujetó de la c

C12- LOBO MAFIOSO.El hombre de ojos azules alzó las cejas, incrédulo ante el tono.—Bueno, tal vez porque ella tuvo un accidente —respondió mirando hacia la puerta por donde se la habían llevado—. En este momento está en el hospital recibiendo ayuda.Del otro lado, Draxel se tensó como si lo hubieran golpeado en el pecho.—¿Accidente? —su voz bajó y se volvió angustiada—. ¿Dónde? ¿Cuándo? Dime la dirección, ahora mismo voy para allá.El joven suspiró y, aunque dudó, terminó dándole la dirección. No alcanzó a decir nada más porque Draxel colgó de inmediato y casi al instante, la puerta se abrió y el médico apareció.—Ya puede ver a la paciente. Está consciente, insiste mucho en su auto, parece bastante preocupada por eso —dijo con una sonrisa ligera, intentando restarle dramatismo.El hombre se puso de pie, tomó el bolso, el teléfono de Sofía y los dejó tal como estaban, y sin más entró en la habitación. El aire olía a desinfectante y el silencio era tenso, pero lo único que quería e

C14-VAS A SER TU LA QUE ME BUSQUE.Sofía miraba a su cuñada con cara de niña regañada.—¿Estás loca? —la voz de Anya era baja, pero dura—. Rowan está hecho un demonio. Incluso envió a un emisario para informar a tu padre y por lo que se ve, tendrás un viaje directo a su casa.Sofía se irguió de golpe con los ojos abiertos como platos.—¡¿Qué?! No... pero... ¿qué le pasa? Está exagerando. Sí, estaba un poco bebida, pero fue un accidente, ¡eso es todo! No maté a ningún humano.Anya la miró fijamente, sin pestañear y lo que había estado conteniendo, finalmente lo soltó.—No estabas bebida, Sofía. ¿Por qué mejor no me dices con quién has estado viéndote? Sales mucho, llegas tarde... lo noto en tu rostro y en el chupetón que la otra vez intentaste ocultar con maquillaje.Sofía se quedó helada, con el aire atrapado en sus pulmones. Anya se sentó a su lado y tomó su mano con suavidad.—Somos amigas, ¿no? Dime... ¿quién es?El corazón de Sofía dio un vuelco. Porque nunca imaginó que su cuñada