Dominico Callahan, se encontraba fuera de la casa de Verónica Cox. Había estado siguiéndola como si fuera un perro faldero. Ella aún no llegaba a casa, pero había sentido una fuerza feroz cuando notó que le habían roto un ventanal de su casa. Había dos hombres arreglando aquel fatal error. Fumaba en su carro, controlando la ira creciente que se empujaba en la punta del estómago. Nunca antes le había dado tanto tiempo a una persona para pagar, pero por alguna razón encontraba divertido ver a Verónica. Su vida se complicaba, aquella mujer en vez de pedir ayuda, seguía haciendo lo posible por resolver los asuntos. Tenía amistades importantes, su esposo era el asistente de un gran empresario. Aunque casi nunca lo veía en casa, parecía que aquella mujer estuviera sola. Aunque suponía que ser asistente de Alexander Dixon, podría ser un trabajo agotador. Había adquirido un trabajo gracias a unos hilos que había movido. Ahora pertenecía al nuevo consejo del grupo Dixon. Solo lo había

Sonia Halls estaba escuchando todo lo que Levi le decía a su amiga. Sabía el corazón que tenia su amiga, no podía rechazarlo, debía ayudarla. Sonia sabía que el corazón de Verónica lo tenia Alexander, a pesar de todo. — ¡Oh, aquí estás, cariño! Sonia apareció de la nada, tomando el brazo de Levi. Sorprendiendo a ambos. —Estás aquí, Verónica —expresó Sonia fingiendo que no sabía nada— Es un gusto tenerte aquí. Estoy dando a conocer oficialmente mi compromiso con Levi. ¿No es eso, genial? Verónica supo que su amiga la estaba ayudando para evadir su responsabilidad de rechazar a Levi. — Es... genial —respondió Verónica Levi deseó por primera vez que le pasara algo a alguien. Miró a Sonia con tanto odio, había arruinado su única esperanza con el amor de su vida. Con la persona de la que había estado enamorado tanto tiempo. — ¿Vienes con Alexander «tú esposo»? —preguntó Sonia haciendo hincapié en esposo. — Si, estamos comiendo juntos. Lo que estaba haciendo Sonia,

Verónica detuvo el paso cuando observó a Helena Sanders entrar del brazo de Alessio Bennet. Aunque aquella mujer sonreía como un ángel, Verónica sabía el verdadero terror de aquello. — ¿Verónica? —preguntó Alexander al ver que se había distraído. Alexander trató de ver que la había hecho poner tanta atención y justo a lado izquierdo de la entrada, Levi King y Sonia Halls reían junto a un anciano, tomándose de los brazos, como una "hermosa" pareja. — ¿Verónica? — Lo siento, me he distraído —respondió Verónica— ¿Qué me decías? Alexander no dijo nada, decirle o reclamarle por ver a Levi, sería aceptar que podía ser competencia para él. Cuando Alexander y Verónica siguieron su camino, saludando a las personas, fue entonces que Levi levantó la mirada para admirarla de lejos. Estaba resignado que así sería, Verónica nunca sería para él, pero ahora al menos, tiene a quien echarle la culpa. Sonia Halls. — ¡Te conseguiste al mejor joven soltero, querida! —dijo la esposa

Hay sorpresas que nadie espera, lo único bueno de las «malas sorpresas» es que el sentimiento, por muy mala que sea, dura poco. Cuando ya tienes la atención a ese acontecimiento, todo depende de ti. Alexander estaba en casa, Verónica se encontraba en cama trabajando. Acababa de visitar a Jorge en el hospital, lo que le hicieron no tiene antecedentes. Sus golpes parecían de odio, el tipo de odio que es peligroso manejar. Jorge se encontraba estable en la competencia del Hospital King, aunque estaba dormido, no pudieron mediar palabra. Alexander tenía que ponerse serio, las dos personas en este mundo que más le importaban habían salido heridas casi el mismo día. No tenía la menor idea por donde empezar, pero lo haría, encontraría la incógnita a este problema lo antes posible. Nadie debería meterse con Alexander Dixon ni mucho menos con las personas que le importan. [...] Al tener problemas más grandes, puedes desviar la atención de los problemas más pequeños. Pero siguen allí,

Verónica había conducido hasta su departamento. Sonia no había tenido problemas con ir hasta allí, solo deseaba estar fuera de la vista de sus padres y de Levi King. Mientras Verónica, seguía buscando soluciones a sus problemas. — Me ha llamado el abogado, dice que podemos proceder con la demanda de divorcio de Helena. ¡Es una excelente noticia! —informa Verónica cuando entran al edificio. Sonia sonríe con extrema alegría. Había conocido a Helena de hace poco, pero la compadecia. Mientras la chicas se encontraban en aquel departamento, Eric se había dedicado el tiempo a seguir el carro de la persona que seguía a las chicas. Pero pronto lo perdería por la ciudad, haciendo que Alexander se enojara. [...] Helena se encontraba comiendo en la cocina. La familia de Alessio se encontraba reunida, por lo que prefería estar lejos de ellos, todos eran crueles con ella por quedarse con su hijo. — ¿Otra vez comiendo a escondidas como la rata que eres? La voz de la hermana de