El timbre de una videollamada rompió el silencio de la noche.Me incorporé desde el suelo, mientras mis rodillas dejaban dos manchas húmedas en la seda persa de lujo. Ya no podía distinguir si eran lágrimas o sudor.—Viviana, te ves terrible —la cara de Mia apareció en la pantalla y su expresión llevaba una mezcla de lástima y furia.—Estoy bien —se me escapó la mentira, un hábito en el que nunca fui buena.—No me mientas, cariño —dijo Mia mientras su voz se suavizaba—. Pero necesitas ver esto.Levantó su iPad con una exclusiva de Page Six. El titular fue un golpe bajo."El nuevo rey de la mafia de Nueva York, Lorenzo Martín, baila con Estela, la heredera de los Falcón, insinuando una unión entre los dos imperios criminales."Mi pecho se oprimió. Ese era el primer baile de la coronación.La noche anterior, enredados en las sábanas, él había jurado que yo sería su única pareja. Pero en aquel momento, otra mujer estaba en sus brazos, usando los zapatos de cristal que habían estado destin
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