VIGGO THORNE—Lo siento Viggo, porque también esto te afectó a ti —agregó y suspiró profundamente—. Prométeme que cuidarás de Tanya. Aunque amo a Patricia, me temo que cuando me vaya ella no sea suficiente. Por favor, júrame que la buscarás, júrame que la cuidarás. Apreté los labios y asentí, haciendo su sonrisa más grande. —Sí de causalidad ella está acompañada de una niña llamada Vanessa, se piadoso también con ella, ¿quieres? Es buena niña —soltó con la mirada clavada en el piso y la mirada cargada de melancolía. El silencio se volvió sepulcral entre los dos, hasta que nuestras armas detonaron al mismo tiempo, haciéndonos caer. Ambos sobrevivimos y fuimos llevados al mismo hospital. Pude ver a través de la puerta de mi habitación a Tanya y Patricia, corriendo entre lágrimas a ver a Iván. Yo salí de ahí en silla de ruedas, su bala, aunque estaba seguro de que no había intentado herirme, se había desviado hacia mi columna, haciéndole un agujero que parecía imposible de cerrar, pe
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