C55-OJALÁ NUNCA TE ROMPAN EL CORAZÓN.Elizabeth había cuidado cada detalle como si en ello se jugara la vida. La mesa brillaba bajo la tenue luz de las velas, los platos estaban servidos con precisión y los aromas envolvían el ambiente. Se había vestido con lo mejor que tenía, un vestido sencillo que resaltaba su figura sin ostentación. Frente al espejo, sus dedos rozaron la marca en su cuello y sonrió con timidez, imaginando el momento en que Gideon la tomaría de la mano frente a todos.—Esta noche… todos sabrán que soy tuya —murmuró, con un brillo de ilusión en los ojos.Cuando llegó, el salón principal estaba lleno, los lobos del Alfa Tobias ocupaban sus lugares y el murmullo de las conversaciones se apagó cuando Gideon se puso de pie. Elizabeth dio un paso dentro, el corazón desbocado, buscando con la mirada a su Alfa, lo encontró junto al trono, erguido, imponente y su sonrisa comenzó a nacer, lista para caminar hacia él… hasta que sus ojos se posaron en la mujer a su lado.Naris
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