En la sala de llegadas, al ver a alguien sosteniendo un cartel con mi nombre inglés, me acerqué y descubrí que era mi exnovio Salvador Rey, a quien no veía desde hacía tres años.Estaba con Rosa Suárez y varios amigos, estirando el cuello hacia el interior de la terminal.—Chaval, ¿no es esa Joaquina Varela, la que te seguía como una sombra? —dijo uno. Salvador se sorprendió al verme, pero fingió indiferencia al instante:—¿Ven? Ya les dije que volvería arrastrándose.Todos rieron burlonamente mirándome:—¡Joaquina Varela desapareció sin decir nada! Ahora que Salvador triunfa, ¡seguro llora de arrepentimiento cada noche!—Pero Joaquina, si quieres fingir un "encuentro casual", ¿por qué viniste con ropa deportiva? ¡Ni siquiera te arreglaste!—¿No será que, sin Salvador, ni siquiera puedes comprar ropa decente? ¡Qué patética te ves!Antes, para ver a Salvador, siempre usaba maquillaje impecable y vestidos ajustados, mostrando mi mejor versión.Ahora, era innecesario.Mi embarazo me imped
Leer más