Elijah King.
Elijah, ingresó a su nueva oficina como un toro furioso, la sangre le hervía como si estuviese en un caldero cocinándose. Después de todos estos años, no pensaba que le dolería tanto volver a conseguirse, con la mujer que le robó todas sus ilusiones de estúpido niño adolescente. No podía creer, que todavía le doliera como el demonio.
— ¿Cuándo había pasado a odiarla tanto? Mejor dicho, ¿Cómo era que la odiaba tanto, después de haberla amado con tanta locura? — Se preguntó.
Los recuerdos invadieron su mente. "Ellos de niños corriendo en un gran parque. Eileen, tomó la mano de Elijah y la de Brais, para salir corriendo por todo el césped, los tres niños felices reían mientras jugaban, hasta que Eileen, resbaló y cayó. Ambos niños se apresuraban para auxiliarla. Elijah, siempre compitiendo con el que era su mejor amigo y ambos pendiente de su mejor amiga. Crecieron juntos, se hicieron tan inseparables, hasta que, en la adolescencia todo cambió, ya Eileen, no le atraía como una amiga, se notó observando de forma diferente su cuerpo, celándola con su mejor amigo y hasta con sus primos y hermanos, cuando se le acercaban; estaba a su alrededor día y noche, cualquier excusa era buena para estar a su lado vigilándola. Sus hermanos mayores Kilian y Gael, comenzaron a burlarse de él, hasta que Gael, se fijó en su hermana Adara y Kilian, comenzó a babear por la presumida de Dalia. Ambas hermanas mayores de Eileen, aunque Dalia, babeaba por su novio Bruno.
El verano llegó y con el nuestras familias, las primas de Eileen, Gisellel y Nadimal y mis primos, Dayan y Bran; quienes junto con ver a Eileen, babearon y no perdieron tiempo en invitarla a salir. Gruñí como siempre de la rabia y acerqué a Eileen, hacia mí, pero Nadimal, no perdió tiempo y se unió a la invitación, tomándome por un brazo como su pareja, obligándome a liberar a Eileen, de mi abrazo, momento que aprovechó mi primo Bran, para tomar a Eileen, por un brazo.
En ese momento llegó Brais, quien notó inmediatamente la intención de mis primos y liberó a Eileen, de su agarre, sin embargo, todos nos dispusimos arreglarnos para ir al cine.
En el camino hacia el cine Gisellel, no despegaba sus brazos del mío y mi mejor amigo Brais, era prisionero de los brazos de mi prima Nadimal, prácticamente ellas nos tenían encarcelados. Dayan, conversaba tímidamente con Adara, pero Bran, no perdía tiempo para estar halagando a Eileen y lo peor del caso, no era ver al muy imbécil de mi primo tomándole su mano, lo peor, era verla a ella coqueteándole. Sí, coqueteándole a él, tal y cual como lo hacía conmigo.
En el cine, no podía concentrarme con la película, estaba que arrancaba de raíz las sillas y destrozaba la pequeña sala del cine, cada vez que veía al infeliz de mi primo Bran, acercársele y susurrarle al oído, y a ella, sonreírle como si fuese una posesa.
Eileen, salió del cine y unos minutos después salí yo, la esperé en la salida de los baños, hasta que se digno aparecer.
— ¿Qué crees que estás haciendo? — Le pregunté tomándola con fuerza por los hombros, totalmente muerto de celos.
— No te entiendo, Elijah. — Me dijo con una mirada furiosa.
— ¿Te has hecho su novia? — Pregunté furioso.— ¡Suéltame, Elijah! Eso es algo que no te importa. — Pronunció con mirada retadora.
— Sí, desde niña Eileen, era una pequeña gatita salvaje, malditamente coqueta y hermosa. Lo peor, era que ella lo sabía.
— ¡Mierda, Eileen¡ ¿Eres novia de ese imbécil? — Gruñí furioso, sentí que jalaba con fuerza mi cabello de la rabia.
— Que te importa si estas con la estúpida de mi prima Nadimal, unos minutos con ella y luego con la otra idiota de Gisellel, otros minutos. — Me gritó mientras me fulminaba con la mirada.
Sonreí observándola, la conocía bien, estaba tan celosa como yo. La abracé atrayéndola más hacia mi cuerpo.
— No estoy con ellas — le susurré y sentí como fue relajándose poco a poco y rodeó mi cuerpo con sus brazos.
— Parecen unos pulpos, no hay lugar donde no te hayan tocado y, tú solo le sonríes como un idiota — pronunció nuevamente furiosa, intentando soltarse de mi agarre.
Sonreí nuevamente, dándome cuenta que sus celos eran tan bestiales como los míos.
— No quiero ser mal educado con ellas — le aclaré.
— ¿Y pretendes que yo lo sea con tú primo? — Respondió levantando su rostro y mirándome retadoramente.
— ¡Mierda, Eileen! — susurré, con esa mirada sabía lo que significaba.
— Él, te está tocando - le dije encolerizado.
— Ella, también lo hace contigo. — Pronunció con una mirada retadora, al cien por ciento.
— No lo quiero cerca de ti — fue mi respuesta, mientras unía mis labios por primera vez a los suyos. Nuestro primer beso, fue dulce e inexperto para ambos, cuando nos faltó la respiración nos separamos, la tomé de la mano y la dirigí hacia la salida del cine.
— ¿Brais? — Me preguntó cuando notó mis intenciones de escaparnos y dejar a todos los chicos en el cine abandonados.
— No lo quiero cerca de nosotros — Le protesté, pero ella también me protestó recordándome que era nuestro amigo.
— No quiero compartir con nadie este momento Eileen, es solo nuestro — le dije mientras la dirigía al automóvil.
— Siempre tan egoísta — pronunció sonriendo.
— Con todo lo que se refiera a ti soy egoísta — le dije mientras besaba su mano.Me dirigí hacia la playa, donde estacioné el automóvil para luego ayudarla a bajar. Nos sentamos a la orilla de la playa, yo detrás de ella, acomodándola entre mis piernas abiertas.
— ¡Te quiero! — le susurré mientras me atrevía acariciar su espalda y besar su cuello, no podía creer que estuviese viviendo lo que tanto había imaginado.
Eileen, giró su cuerpo sentándose completamente sobre mis piernas, rodeó mi cuello con sus brazos y comenzó a repartir besos por todo mi rostro.
— También te quiero — me susurró, mientras uníamos nuevamente nuestros labios. No podía evitar tocarla, nuestros cuerpos de adolescentes hormonados y febriles querían conocer nuevas sensaciones.
— ¡Debemos irnos! — mencionó con tristeza.
— No quiero que nos separemos — le susurré.
— Ella, sonrió.
— Yo tampoco, pero imagina lo que haría mi padre, si no llego y los chicos le cuentan que nos fugamos.
— Sonreí, mientras nos levantábamos.
— Creo que Ryan, se pondrá feliz de que te haya rescatado del imbécil de mi primo Bran. — mencioné y ambos sonreímos, mientras nos dirigíamos a mi auto.
Los días continuaron, entre besos cada vez más apasionados, caricias que iban avanzando con el pasar de las semanas y celos incontenibles por la rabia que me hacía pasar mi primo Bran, el cual estaba que reventaba el mundo, él quería conquistar a Eileen, tanto como yo, no quería perderla.
Nuestros primos con el final del verano se fueron disgustados, con la derrota de sus intentos.