Eileen Williams
— ¿Cielo estás allí? — Pregunté.
— ¡Oh¡ si nena, solo que pensaba lo difícil que fue para ti. Debí estar allí contigo nena. — Murmuró.
— ¿Cuándo vuelves cielo? Los niños te extrañan mucho. — Le dí a conocer.
— Lo sé, nena. Las pocas horas que pasamos juntos antes del viaje, no fueron suficientes para mí tampoco. — Mencionó.
— Para mí tampoco, cielo. Solo quiero que vuelvas. — Le pedí.
— ¡Ummm, nena! no sabes cuánto te extraño... — susurró.
Unos momentos después, llegaron Adara y Dalia, totalmente exhaustas. Ambas se dirigieron a sus habitaciones, mi conversación con Axel, continuó por media hora más, hasta que mis hermanas llegaron a la sala de estar, ya bañadas y con sus pijamas. Adara, fue la primera en preguntar mientras se lanzaba con fuerza sobre el mueble, haciéndolo estremecer.
— ¿Has hablado con Elijah sobre…
— No, — le dije interrumpiéndola mientras mi cuerpo se estremecía.
— Primero quiero hacerlo con Axel. — Respondí.
— Lo único que deberías hacer es