Eileen Williams.Esa tarde cuando vi a mis compañeros de equipo de tarbajo, suspiré con tranquilidad. Todos estaban bien a pesar de que Axel, estaba herido; la bala solo rozó su brazo derecho.— ¿Quédate esta noche conmigo? — Me solicitó mientras yo conducía su automóvil.— Estás herido, Axel. — Le dije señalando su brazo.— Lo sé, cielo. Solo quiero dormir contigo. Busquemos los chicos y vamos a la casa. — Planteó mientras acariciaba mi mejilla.Sonreí, sabía el infierno que se podía pasar mientras se estaba en una de las misiones; sobre todo las que siempre tomaba Axel. Estas eran tan arriesgada que siempre estaba su vida en peligro, no es que la nuestra no lo estuviese, este trabajo siempre es un riesgo, pero las misiones de Axel, siempre estaban en el abismo de la muerte; él, era uno de los mejores del equipo, sino hubiese sido por él y por Brais, hace unos meses hubiese quizás hasta perdido la vida por imprudente. Me dejé ganar por el deseo de venganza y me adelanté

Eileen Williams.— Noche de Disney — pronunció Axel, sonriendo mientras me abrazaba.Cuando escuché el Buenas noches de Elijah, giré y lo miré nerviosa, sentí mi cuerpo temblar del pánico…, ¡por Dios! ¡escuchó nuestra conversación! ¡Dios mío! que no pregunte nada sobre mis niños. Lo va descubrir, lo va descubrir, tengo que hablar con Axel, antes que esto suceda. Mi cabeza a partir de ese momento, se volvió un remolino de pensamientos.— ¡Buenas noches! — respondimos mientras lo veía dirigirse a su vehículo.Ingresé nerviosa al auto de Axel, en el lado del conductor, ya que yo, todavía estaba conduciendo debido a la lesión de Axel, aunque según él, ya estaba muy bien, pero no quería arriesgar a que su lesión tuviese algún inconveniente.Después de buscar los niños en casa de mi madre, nos dirigíamos a la de Axel.— ¿Qué te sucede cielo? — Preguntó Axel, mirándome fijamente.— Nada solo es cansancio — le dije.— ¿Vamos a ir para el cine mami? — Preguntó mi pequeño.— Claro

Elijah KingEl chico se había dirigido por todo el parque de atracciones, como si el miedo no lo dejase pensar bien, el ordenador resbaló de sus manos, todas las personas a nuestro alrededor se quedaban mirando nuestro recorrido.Hubo un gran alarido cuando el chico comenzó a gritar:— “Hay una bomba” “hay una bomba” — gritaba una y otra vez. La muchedumbre comenzó a dar alaridos de espanto y todo se volvió una locura, las personas se interponían por nuestros caminos, trataba de avanzar hacia Eileen, que corría tras el chico.Axel, iba sobre nuestro avance, las personas con el correr, comenzaron a caer unos sobre otros. Veía a Brais, dando empujones para poder avanzar, el chico tomó la vía hacia el museo EMP y el muy infeliz mocoso seguía gritando con fuerza:— “Hay una bomba” “hay una bomba” — volviendo todo a nuestro alrededor, un infierno con la muchedumbre vuelta loca.Eileen, se acercaba más al chico, pero se alejaba más de nosotros. Hubo un momento donde la vi lanzarse sob

Narrador Omnisciente. Eileen, guardó tres infernales días de reposo, donde recibió en varias oportunidades las visitas de Elián, sus amigos y compañeros de trabajo.Elijah, había aprovechado la ocasión para acercarse más a los niños, había conversado con los pequeños, indagando hasta lo más mínimo de sus gustos. El corazón de Elijah, estaba conmovido y quería explotar cada vez que Derek y Alana, se le acercaban.Lo peor de todo, fue Axel, queriendo llevarse a Eileen, para su casa, siendo Adara, quien se opusiera y se enfrentara a un hombre que casi le doblaba la estatura y le triplicaba su musculatura.Eileen, estaba desesperada, cada pequeña reacción que tenían Elijah, Axel, o los niños; le hacían pegar un salto de pánico, cada vez que estaban juntos no sabía cómo manejar la situación. Ella, todavía no quería decirle la verdad a sus hijos o a Axel y Elijah, se enfurecía a tal magnitud que ya había discutido con ella, en dos ocaciones.— Lo haces tú Eileen, o lo haré yo. — Fue

Narrador OmniscienteKilian, se acercó lentamente como si no tuviese ningún tipo de preocupación, saludó a Dalia, con una inclinación de cabeza y a Eileen, con un beso en la mejilla, lo cual le extrañó mucho a la joven mujer, ya que esa era una costumbre de su adolescencia y la última vez que lo vio la había saludado amablemente, más no cariñosamente.— ¿Qué han conseguido que sea interesante? — Preguntó Kilian, sentándose en el medio de Dalia y Eileen, ambas mujeres se observaron.— ¿De cuál caso? — Preguntó Dalia.— Si hay información del Asesino del Rojo, mucho mejor, sino de los que llevamos hasta el momento, — respondió Kilian, observándolas con una sonrisa, como si hubiese llegado a jugar póquer y no a visualizar cuerpos ensangrentados y detalles de los levantamientos de experticias de cada caso.Eileen tecleó en el servidor, con la luz de la pantalla iluminando su rostro concentrado, buscando el archivo del "Asesino del Rojo".— Nada nuevo. No hay variantes hasta el momen