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CAPITULO 2 ENCUENTRO.

Eileen Williams

Sus ojos como un rayo penetraron los míos, su gesto cambió inmediatamente de la arrogancia a la dureza,  no podía creer ante quien estaba, mi corazón comenzó a golpear fuertemente contra mi pecho, mi cuerpo se estremeció de la impresión. Miré a Brais, el cual estaba también paralizado. 

A mi mente llegaron recuerdos que había obligado a no recordar. Brais, pasó su brazo por mis hombros, obligándome a seguirlo, para sentarnos en algunas de las sillas disponibles. Él, me acercó a su cuerpo, tratando de confortarme, ante que perdiera la razón.  

— Creo que el director ya hizo la presentación — susurró Brais, señalándome hacia el susodicho.

Cuando levanté la vista me di cuenta que Elijah, nos siguió con la mirada, una mirada furiosa y llena de odio. Sus manos estaban empuñadas con fuerza, señal de rabia e impotencia contenida. No podía creer que después de todos estos años, todavía recordara el significado de sus reacciones. 

Mi primer instinto fue  de miedo,  pero,  al igual que él, la rabia y el dolor que creí olvidados llegaron nuevamente a mi ser, no podía dirigir mi mirada a mis compañeros de trabajo, sabía que todos estaban tan intrigados como yo.

— ¿Habrían venido también sus hermanos para atormentar a mi familia? — Me pregunté más preocupada aun, dirigí la mirada hacia mi hermana. Ella estaba dos filas a mi derecha, pero se notaba la misma preocupación en su rostro. 

La ponencia del Director y del nuevo  Sub Director General del FBI, quien para mi sorpresa este último era  Elijah, continuó fría y calculadora, mostrando las diapositivas de cada uno de los casos de investigación, que llevábamos desde hace dos años y que no habíamos logrado resolverlos aun. 

Uno de los más preocupantes de los casos, eran la de los niños desaparecidos. Apareció en pantalla otro de los casos que eran el dolor de cabeza de todo el Buró, y este era: "el caso del  asesino del Rojo", el cual teníamos más de un año que habíamos perdido su rastro.

En la pantalla iban apareciendo los casos, tanto los actuales como los que estaban rezagados. 

Por causa de algunos de estos casos, habíamos perdido varios de nuestros agentes y a nuestro anterior Sub Director General.

Media hora después, ingresó a la reunión Axel Morris, el cual traía una cara de furia incontenible, sabía que él, esperaba el cargo del nuevo  Sub Director General, esperanza que murió con el nuevo nombramiento de Elijah, y que hoy me estaba dando cuenta que sería mi tortura, o mejor dicho,  mi pesadilla hecha realidad.

Pero, mi sorpresa fue la  acompañante de Axel. Ella, era una  rubia con reflejos rojizos, de cuerpo despampanante. 

Fruncí el ceño y lo miré con extrañeza, él se dirigió a la silla desocupada a mi lado, besó mi frente, pero no pronunció palabra alguna, lo conocía perfectamente y estaba disgustado.

— La hermosa rubia, se dirigió al lado de Elijah, el nuevo  Sub Director,  pero las palabras del Director, nos dejaron a todos estáticos.

 

— Ella, es la agente Eris Mackenzie. — Dijo señalándola.

—  Y, será la nueva Sub Directora Ejecutiva, de la Oficina federal de Investigación, agradezco toda la colaboración que le puedan brindar, — mencionó muy seguro, luego comenzó con las presentaciones del equipo de trabajo.

 

— El agente  Axel Morris,  se desempeñará como el sub Director asistente al mando, es decir,  sub Director Adjunto,  — continuó con los agentes especiales de cada división, como: terrorismo, contrainteligencia y cibernética, criminal. Cuando llegó el turno de Dalia, Brais y mío; ni siquiera fuimos capaces de un saludo cordial ante el nuevo sub Director General y nosotros nos mirábamos con un profundo rencor.

— ¿¡Señorita, Eileen…!? — Murmuró con desprecio y curiosidad al mismo tiempo. Me quedé observándolo por ese "señorita", ¿Dónde coño quedó para él, mi rango? ¿Por qué coño me trata como sino me conociera?  Y, de paso hasta se le olvidó donde nos formamos.

— Agente especial Eileen Williams, por el momento — respondí.  

Él,  levantó una de sus cejas, esto era solo un formalismo, ninguno de los dos necesitábamos una presentación, ya que ambos,  nos conocíamos como la palma de nuestras manos.

  

La reunión duró una hora más, donde todos salimos casi corriendo cuando finalizó. No podía creer todo lo que había pasado en este par de horas.

 

— Estaba que le pateaba el culo a ese arrogante infeliz. —   Masculló mi hermana Dalia, acercándose a mí.  

Ambas ingresamos a la oficina de Axel, pero este no estaba, quizás ya se estaba mudando de oficina. Me senté a esperarlo un momento,  mientras escuchaba a Dalia, dilapidar el cuero de Elijah, de pronto sentí que el mundo se me vino encima y fui bombardeada por el pánico. Dalia, me abrazó, sabía cuál era mi temor. 

— Si ese infeliz, se atreve a tocarte Eileen, yo misma le patearé el culo. — Gruñó.

— Tengo que decírselo, Dalia. — Le dije abrazándola, mientras mis lágrimas comenzaron a rodar  por mis mejillas. 

— No tienes que decirle nada a ese infeliz.  — Me contradijo mi hermana. Axel, entró en ese momento interrumpiéndonos.

— ¿Sucede algo? — Preguntó mirándome fijamente.

 

— ¡Nada! — le dije dirigiéndome a él para abrazarlo.

— ¿Estás segura? — Continuó con su ceño fruncido. 

— Solo abrázame fuerte — le dije, escondiendo mi cara entre su cuello. 

— ¿Quién es ella? — Pregunté, con mi rostro hundido en su cuello. Axel, sabía muy bien que me refería a la chica despampanante con la que había llegado.

— ¿Estás celosa? — Escuché la risilla que soltó con su pregunta.

Moví mi cabeza en su cuello, al mismo tiempo que levanté mis hombros.

— Entonces te hice mucha falta todos estos días, nena. Perdóname por tanta ausencia; que idiota soy, con todos estos cambios,  ni siquiera te saludé como es debido — murmuró mientras levantaba mi rostro y besaba mis labios.

— ¿Me extrañaste, nena? — Preguntó sin despegar su mirada de la mía.

— Mucho, cielo, y esta noche…

— No, nena. Esta noche no, ¡lo siento, nena!  pero, es necesario que viaje,  te prometo…

— Los dejo, tortolos — murmuró Dalia, con burla, interrumpiendo el idilio entre Axel y yo, saliendo de la oficina unos minutos después.

— Entonces, ¿Siempre te vas de viaje esta noche? — Pregunté afligida.

— Sí, nena, ¡lo siento mucho! me voy con Sam, no me gusta dejarte sola cielo, menos con todos estos cambios.  — Expresó frustrado colocando su frente sobre la mía.

— Te prometo que en dos semanas estaré contigo y los niños nuevamente. — Susurró.

— Ellos, te esperaban cielo. Yo les mencioné que hoy volvías. !Por favor?  cuídate mucho — susurré, conociendo que lo único que lo había sacado momentáneamente de su misión, era esta reunión.

— Siempre lo hago, cielo. Sabes bien que tú, Derek y Alana; son todo lo que tengo. — Susurró. Lo abracé atrayéndolo más a mi cuerpo,  sabía que nosotros tres éramos su único refugio y ahora me dolía dejarlo ir, sabiendo que estaba tan decepcionado.

— La conocí hoy aquí en el buró — pronunció y yo, fruncí el entrecejo sin saber a que se refería. 

— A la agente Eris Mackenzie, la conocí hoy, ella llegó con el nuevo sub Director General — mencionó y yo, entendí que se refería a la pregunta que le había hecho. — sonreí asintiendo.

— ¡Por  favor! intenta comunicarte, no me dejes tanto tiempo esperando información. — Le pedí. 

— Sabes bien como es esto nena, no te pondré en peligro a ti, ni a mis hijos. — Aseguró.

— Te amo, Axel ¿Lo sabes, verdad? — Le pregunté acomodando mi cabeza sobre su pecho.

— Lo sé, nena. Tú, eres mi vida, eres todo, absolutamente todo para mí, nena. Cuídate y no te arriesgues tampoco. — Pidió mirándome fijamente. 

— ¡Ummmm! sabes que estoy trabajando directamente en el Buró, — le recordé un poco disgustada.

— Lo sé, nena. Aquí haces mucho más que todos nosotros en la calle. Pero, cuídate cuando salgas, que yo,  no estaré estos días para protegerte. Prométemelo, nena. — Exigió y yo solo asentí, sabía a que se refería y que eso le preocupaba profundamente.

— Te amo, nena.  — Pronunció buscando mis labios, levantándome y acomodándome sobre el escritorio, buscando desesperado como despojarme de la ropa que conformaba mi uniforme.  

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