[DANA]El detalle es que mi mente me pide que vaya hacia él y le corresponda a lo que siente; me dice que quizá algún día lograré amarlo. Pero... mi corazón solo late fuerte cuando pienso en Daniel White.Pero Daniel es un imposible... Él no siente lo mismo que yo; me lo dejó muy claro y no puedo seguir aferrada a una persona que, incluso estando lejos, me hace tanto daño con solo recordarlo.Mi mente gana aquella batalla y, lenta pero segura, me acerco a él. Lo abrazo por atrás, pego mi mejilla a su espalda y poso mis manos en su pecho, rodeándolo por completo con mis brazos.Su pecho se eleva y puedo sentir el latido de su corazón.—Estas cosas no se hacen, bonita —dice, soltando aire en un suspiro.—¿Qué se supone que no se hace? —acaricio su pecho.Se da la vuelta y toma mis manos por sobre su pecho.Tiene los ojos cerrados, su cuerpo se siente febril y su respiración ahora es agitada.—No se ilusiona a una persona si sabes que jamás podrás amarla.Subo mis manos a sus hombros y m

[DANA]—Por todos los niños del mundo, por todos aquellos que sufren y por todos aquellos que no pueden hacer sonar su voz esta noche… Los niños de la fundación FUDESAVE alzarán sus voces y nos darán un hermoso mensaje.El telón se abre y, sin mirar al público —puesto que sé que me pondré nerviosa de nuevo—, me aparto para que mis niños tengan el escenario para ellos.Las luces se apagan y la pista comienza a sonar. Me siento orgullosa, y eso que aún no han comenzado a cantar. Una extraña sensación, como si estuviera siendo vigilada, me hace estremecer. Sin embargo, cuando estoy por buscar de dónde proviene aquella mirada, los niños comienzan a cantar, llenándome de una enorme felicidad.Son hermosos y muy fuertes.La presentación es todo un éxito; muchas personas se han enternecido con las dulces voces de mis chicos y, al igual que yo, lloran de emoción.Todo parece ir perfecto.Seco el resto de lágrimas en mis ojos y aplaudo con fuerza. Los felicito, les doy un abrazo a todos y, des

[DANA]Max abrió la boca para contestarme, pero mi suegro lo interrumpió antes de que pudiera explicarme de dónde rayos él y Daniel se conocían y por qué.—Sí, Daniel White Collins, él será el nuevo socio de la editorial. Mañana se leerán los acuerdos de cooperación y, si todo está en orden, se procederá a firmar la sociedad y cerrar el nuevo trato.—¿Socio?¡No! ¡No, me niego!Eso era malo... era muy malo.Quería estar lejos de White, no acercarme más a él.Todo se estaba yendo al carajo en una noche.¿Cuánto más podría soportar tenerlo cerca?Y lo peor... ¿cómo disimularía los sentimientos que tenía hacia él enfrente de mi ahora, al fin, prometido?Al menos aún me quedaba la seguridad de saber que quien trataría con él serían mis suegros, y yo solo lo vería esta noche y la noche de la subasta, y no volvería a verlo en mucho tiempo más.Eso hubiera estado bien, pero...—Y lo mejor de todo es que, como ya anunciaron su compromiso, ya están listos para comenzar a hacer el cargo de la e

[DANA]—¡Vine en representación de mi padre, no sabía que te encontraría aquí y mucho menos que me enteraría en primera fila de tu compromiso! —aparentemente reclamó.Su presencia me alteraba, y estar cerca de él, a solas, en el cuarto de baño, en la habitación de un hotel en donde me estaba quedando con mi prometido, lo volvía todo más difícil.Una parte de mí quería abofetearlo; todo lo que hacía eran puras estupideces, era peor que... no, nadie ni nada, era peor que él.Pero por otra parte, aquel beso había desatado un deseo inconmensurable hacia él.Pasé saliva y me llamé al autocontrol, aunque en el fondo todo en mí pareciera un enorme y confuso remolino lleno de dudas.—¡Basta, White! —cubrí mi rostro y deslicé mis manos hasta mi barbilla, mirando a Daniel con incredulidad— ¡¿Tienes idea de lo mal que está esto?! Max está afuera y, además... ¿Qué tienes que reclamar? Trajiste compañía. ¿No?—Quise salir, pero Dan estiró sus brazos a los lados y me detuvo.—¡¿Qué mier...?! ——¡¿C

[DANA]—Es imposible no darse cuenta...toda tú te conviertes en suero de la verdad cuando estás nerviosa, te conozco más que a mí mismo y...— sus manos se posan en mi cintura, sus dedos suben por mi espalda hasta la cremallera de mi vestido dorado de noche y termina de subirlo. — pese a todas tus dudas, te dije que trataría de entenderlas...te amo lo suficiente como para comprender que tienes dudas...y esperarte lo que sea posible...Ya te hice mía una noche, Dana Park, ahora quiero que seas mía una vida entera...dos, si es posible...—deja un beso entre mi cuello y el lóbulo de mi oreja—...tres...— deja otro beso en mi clavícula y baja sus manos a mis muslos—...cuatro vidas y si es posible, mil eternidades más—Meto mis manos en las bolsas de su pantalón negro formal y me aferro más a él, llenándome de alivio, de saber que aún lo tengo a mi lado, de saber que me comprende quizá mucho más que yo misma y me esperara...Ahora estoy más que segura que él es perfecto...y me hace sentir más q